No queremos más niños pasando hambre ni gente comiendo de la basura
Estamos complicados, Salto está complicado, especialmente esta zona del país que supo estar alejada de los grandes problemas que podía tener el Uruguay, los que estaban concentrados principalmente en el área metropolitana ahora se concentran acá y mientras en el sur se habla de un país mejor, de que hay crecimiento, más empleo y más desarrollo e inversión, acá en el litoral, pero especialmente en Salto, estamos más complicados que nunca.
Y si esto fuera un problema país, sería hasta más fácil de resolver. Con eso digo todo. Porque si el desempleo casi a niveles de la crisis del 2002 fuera un problema país, el gobierno nacional estaría trabajando fuertemente para poder abatirlo.
¿Por qué? porque están a 12 meses de las elecciones internas de los partidos políticos donde tienen que convencer a la gente que las cosas están bien y que el candidato para seguir el proyecto político del actual gobierno, debe ser fulano de tal y no otro. En el caso de la coalición de gobierno, las fichas están puestas en Álvaro Delgado, actual secretario de la Presidencia.
Pero como no es un problema país, porque desde la Torre Ejecutiva la noticia es que mejoraron los niveles de empleo respecto a los últimos meses del año pasado, todo esto pasa en el otro Uruguay, ese que está entre Montevideo y Maldonado, y capaz que en algún otro lugar pero menos en el norte del país, a quién le importa ¿no?, si la masa crítica de votantes está en el área metropolitana.
Por eso seguimos complicados, con casi un 15% de desocupación, con gente que tiene que ir a la olla del popular del barrio para llevarse un plato de comida caliente a la mesa y con niveles de conflicto laboral que ya avizoran un panorama nada fácil para resolver los problemas de fondo.
Por eso, la clase política debería dar una señal de unidad, juntarse y buscar una propuesta común para resolver los problemas de fondo, porque eso les daría más credibilidad con los votantes, que somos toda la población y que esperamos más de nuestra clase política, como por ejemplo que deje de haber personas comiendo de la basura o niños pasando hambre.