Entregaron legados testamentarios de Isabel de Borbón de Vejo por su donación al Museo
El pasado viernes 29 de septiembre se realizó en el Museo María Irene Olarreaga Gallino el acto de entrega de los legados testamentarios de Isabel de Borbón de Vejo a través de su heredera, Dra. Lucilla Bongiorno Borbone. Se trata de un legado económico con destino al Hospital Regional, con el que se adquirió un electrobisturí para cirugías de alta complejidad y un retrato de la abuela de Isabel de Borbón, Valentina Díaz de Castillo, realizado en 1914 por el pintor Carlo Romagnoli, con destino al Museo.
En nombre de la Asociación de Amigos del Museo, Pelayo Díaz hizo un elogio hacia la memoria de la benefactora. «Isabel de Borbón nos deja una lección de solidaridad y mecenazgo que es inusual en nuestro medio, como testimonio de su apego a la cultura y a sus orígenes salteños», señaló. En nombre de la Intendencia de Salto, el secretario general Gustavo Chiriff agradeció la generosidad y expresó que esta donación un acto de preservación cultural que enriquecerá el patrimonio del Museo y se convertirá en un nexo entre épocas pasadas y futuras.
LAZOS HISTÓRICOS
Durante el acto, Pelayo Díaz se refirió a la historia de este retrato que se incorpora al Museo. Relató que la estructura original del actual Palacio Gallino fue la casa construida hacia 1890 por Dominga de Castillo de Díaz, madre de Valentina Díaz de Castillo. En 1904, Valentina contrajo matrimonio en Salto con el Marqués Agesilao Greco, con quien presumiblemente se conoció en ocasión de una demostración de esgrima realizada en el Teatro Larrañaga. Por esos años, el Marqués de Greco estaba radicado en Buenos Aires traído por el presidente Gral. Julio Roca para formar a la oficialidad de Caballería de su ejército en el combate con sable. Ya desde muy joven, en su Sicilia natal y luego en Roma, Agesilao Greco demostró sus dotes de esgrimista, promoviendo esa práctica que, años después, él mismo lograría imponer como un deporte reconocido por el Comité Olímpico Internacional.
El matrimonio se instaló en Buenos Aires, donde nacieron sus hijos Fanny y Agesilao, regresando la familia a Italia en 1907. Al radicarse nuevamente en Roma, Greco decidió retirarse de las presentaciones en público, para dedicarse a la Academia de Esgrima que su padre había fundado no lejos del Panteón, en vía del Seminario, que aún existe y es dirigida por un descendiente de la familia Greco. Muy cercano a la Corte de los Saboya, en 1908 fundó la Federación Italiana de Esgrima. En 1914, el Marqués de Greco encomendó al joven pintor Romagnoli el retrato de su esposa, que hoy llega oficialmente al Museo para presidir su salón principal.
Pelayo Díaz subrayó que la incorporación al Museo de este valioso retrato implica no solo enriquecer el acervo, sino también incorporar una obra coetánea con los trabajos que la familia Gallino Solari, que adquirió la propiedad, dispuso por esos años para transformarla en lo que hoy conocemos como Palacio Gallino. «Se cumple así un círculo virtuoso en el que se asegura la permanencia de eso que los franceses han dado en llamar ‘el espíritu del lugar'».
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