Sindicato de trabajadores argentinos de Salto Grande se niega a los pedido de renuncia de los uruguayos
Duras críticas del sindicato de trabajadores argentinos de Salto Grande hacia la decisión política de pedirle la renuncia a varios de sus pares uruguayos, entendiendo que debilita los derechos conquistados por los funcionarios de la represa de ambas márgenes.
A continuación la carta del sindicato de trabajadores argentinos de Salto Grande.
«El sindicato le trasmitió al presidente de la Delegación Argentina de Salto Grande, «la preocupación que los trabajadores sentimos, ante la pérdida de derechos que ha ocurrido en el día de ayer, en el manoseo y poco respeto que se ha mostrado por las normas que nos rigen, que en definitiva son las que nos ordenan y nos permiten alejarnos del caos».
Los trabajadores argentinos manifestaron que «funcionarios que borrachos por el poder y sintiéndose impunes, hacen uso de los bienes del pueblo como si fueran
suyos, hombres que se creen de una raza distinta y superior por la cual no están obligados a respetar las leyes ni los ordenamientos del organismo que fueron llamados a dirigir, hoy esas mismas personas, desconocen también que la
C.T.M es un organismo independiente y autónomo, ante una simple presión parlamentaria, prestos por el temor de perder su privilegios, se apresuran a borrar con el codo lo que escribieron con la mano», criticaron los trabajadores argentinos.
Se solidarizaron señalando que las decisiones que se pretendieron tomar apuntan a «desordenar de un plumazo lavida de 36 compañeros, las reglas se han hecho para cumplirse señores, el deber de ustedes es para con las naciones que e los han elevado a sus cargos, para con el organismo que deben dirigir y para con los trabajadores que construimos, mantenemos y operamos, Salto Grande».
«Crear comisiones y sub comisiones así como redactar resoluciones a gusto y placer, no son una forma ocurrente y elegante de trasgredir los reglamentos que nos rigen, no es una muestra de ingenio, es una muestra cabal de lo bajo que ha caído nuestra dirigencia política, pero la verdad no se puede ocultar y no se puede tapar el sol con un dedo, hoy presurosos tratan de disimular sus faltas y de salir limpios del lodo en el que solos se han metido hasta el cuello, ¿quién paga por estos pecados?, no deberíamos ser los trabajadores, nunca deberían ser los trabajadores, los errores
de la política deben ser expiados por la política, la mesa coordinadora de los trabajadores de Salto Grande, desde sus orígenes ha luchado por la integración, la binacionalidad y por una estabilidad laboral para los trabajadores que fue puesta en vilo desde sus orígenes, por una cláusula del estatuto de personal, que permitía el despido de un trabajador por la sola anuencia de las delegaciones, luego de años de reclamos, creímos inocentemente que se nos había otorgado a los trabajadores la oportunidad de opinar y adaptar los reglamentos para modernizarlos y hacerlos más
justos, nos abrieron las autoridades una puerta a medias y nuestra cándida propuesta, fue tomada por una comisión para pervertirla y corromperla, transformándola en algo obsceno, enrostrándonos que ese adefesio que redactaron y aprovecharon para los más deshonestos designios era “voluntad de los trabajadores”, sostiene la carta.
«Hoy este sindicato, les dice -. No señores, háganse cargo. – no vamos a permitir que se nos utilice de chivo expiatorio, estamos dispuestos a sentarnos a discutir algunos puntos, como el inmoral 5.09. pero no daremos un paso atrás en lo que se refiere a estabilidad laboral y siempre defenderemos que las designaciones tienen que ser por concurso, Salto Grande tiene de las mejores condiciones laborales y beneficios de ambos países, pues que sean los mejores lo que la integren entonces, no podemos pretender menos para un organismo tan importante».
Y terminand diciendo que «los trabajadores hemos sido muy pacientes, pero sabemos, vemos y escuchamos todo, conocemos la totalidad de los hechos y somos guardianes de la historia de Salto Grande, en estos años difíciles, hemos dado muestras suficientes de que podemos alzar la voz y abrir puertas, a patadas de ser necesario, para llevar adelante nuestros reclamos, por eso le solicitamos a las autoridades de ambos países, que resuelvan sus problemas sin afectar a los trabajadores ni mancillar el prestigio del organismo. Ustedes pasan, nosotros quedamos».