Segunda opinión. Servicio del Hospital de Clínicas, que se gestiona a través del Hospital Universitario
(Columna del Regional Norte del Colegio Médico del Uruguay)
“En determinadas circunstancias se puede pedir una segunda opinión médica a otro especialista sobre el diagnóstico o el tratamiento que han dado a un paciente con una patología concreta. En este caso, la segunda opinión médica es el informe emitido por el facultativo con el objetivo de contrastar el diagnóstico o el tratamiento inicial».
El Hospital de Clínicas ofrece un servicio de Segunda Opinión a toda la población brindándole la posibilidad de consultar en forma particular con su staff técnico y académico.
Por ser un hospital universitario, contamos con profesionales que poseen una formación destacada y la posibilidad de brindarle procedimientos diagnósticos o terapéuticos en base a la última evidencia disponible.
Se ofrecen distintas modalidades de atención, desde la Consulta de Segunda Opinión Médica, consulta con Ateneos Interdisciplinarios o las opciones de Programas de Atención Específicos como Programa de Mama y Programa de Neurorehabilitación.
Invitamos a los usuarios del sistema de salud uruguayo a que accedan a la información que se brinda para hacer uso de este servicio.
En la web del Hospital de Clínicas encontrarán información sobre cómo iniciar el trámite, las especialidades que se ofrecen y las distintas modalidades de atención.
Pueden comunicarse al correo electrónico establecido para estos fines: [email protected]
¿Cuándo se pide una segunda opinión médica Puede ser por distintos motivos, como el relacionamiento con el o los profesionales que lo atienden (médico o equipo asistencial), la disconformidad con el tratamiento o simplemente por tener otras opciones sobre el diagnóstico o tratamiento a seguir, ya sea por una enfermedad rara o por otros motivos.
Es un instrumento que sirve a ambas partes, al médico y al usuario. Generalmente en las instituciones asistenciales hay médicos consultantes, que son profesionales catedráticos de la especialidad que corresponda.
Cuando el médico tratante tiene dudas, se hace una interconsulta con especialista, puede ser a médicos de las distintas cátedras que brindan asesoramiento, lo que sería una segunda opinión a instancias del médico o del equipo que atiende al paciente, puede ser en casos de diagnóstico complejo- que no es habitual-, de enfermedad rara, por falta de experiencia o antecedentes sobre la patología, etc.
La segunda opinión debe generar tranquilidad en el profesional médico, de que su paciente va a obtener aún más información (certera) sobre su situación (diagnóstico y tratamiento) y que ello conllevará a una mejora en la calidad de vida de éste, muchas veces acortando tiempos en diagnósticos y recuperación; además de costos económicos y eficiencia en el uso de los recursos humanos.
Con ello, si el médico incurriese en alguna equivocación, esto evitaría la generación de problemas más graves. Pudiendo ser también la corrección del rumbo tomado por el médico tratante; y, en el caso de que el diagnóstico y tratamiento fueran los certeros, es una satisfacción para el profesional médico que actuó conforme a lo esperado con los recursos disponibles en ese momento.
El paciente tiene derecho a pedir una segunda opinión, en forma lícita, lo que debería hacer es hablar con su médico tratante, médico de confianza o de cabecera, y decirle que desea una segunda opinión, de allí en adelante puede estar acompañado en el proceso con el profesional adecuado que atienda a esa necesidad.
Hay que saber que la historia clínica está a cuidado de la institución, la institución es garante de ella; pero, el contenido de esa historia es propiedad del paciente.
Lo que generalmente se hace en caso de que el paciente solicite su Historia Clínica, es que éste se haga cargo de las expensas: le cobran un costo simbólico a fin de costear el gasto de fotocopias.
La segunda opinión es un herramienta o instrumento muy útil, muchas veces necesario, que puede ser tanto solicitado por el médico, cuando es un paciente complejo, cuando se plantean patologías poco frecuentes, cuando el tratamiento no está dando resultado, se habla con el paciente y se acuerda de buena manera.
Esto genera una tranquilidad en ambas partes, ya que el médico en estos casos puede sentirse preocupado por su paciente y su evolución, y le brinda la tranquilidad de estar en el camino correcto, y/o desde el punto de vista del paciente también es un derecho que puede ejercer para darle mayor seguridad, y esto no implica la pérdida de confianza en su médico tratante, por el contrario, refuerza la confianza en el profesional y en el cumplimiento del tratamiento indicado.