Uruguay cumple 40 años de democracia con la campaña más chata de su historia

Uruguay cumple por primera vez en su historia un período de 40 años de democracia de manera ininterrumpida, algo que podría celebrarse con una elección presidencial que tenga incidencia, que impacte, que genere discusión y debate entre los uruguayos de todo el país.

Sin embargo, estamos ante la campaña electoral más chata y mediocre de la era post dictadura. Con dos candidatos que no enamoran y con una clase política cada vez más alejada de quienes le dan trabajo y les pagan el sueldo, la gente.

La campaña para la primera vuelta cambió, se acortó y tuvo su momento de ebullición en los últimos 15 días previos al acto eleccionario, donde la gente empezó a meterse un poco más y a averiguar primero si el voto era obligatorio, porque de lo contrario no irían a votar por nadie, segundo para acceder a qué cargos es que los políticos estaban pidiendo el voto, tercero quiénes eran los candidatos y porqué partidos.

Y así, hasta llegar a concurrir muchos obligados por las circunstancias, otros porque los llevaban gratis y de paso ya les daban la lista, y en otros casos porque les compraban el voto con dinero en efectivo, algo que sería inmoral en otra época de la vida nacional, pero que ahora parece ser un negocio válido entre algunos políticos, sus punteros y los votantes.

Pero para esta instancia electoral, donde se elige al presidente de la República, ni siquiera hubo ese movimiento. Ni siquiera quienes se juegan el puesto de trabajo en disitintas reparticiones del Estado, como Salto Grande, en los ministerios, en los distintos organismos a los que ingresaron, en la Intendencia, en ningún lado salieron con fuerza a hacer campaña, muchos aún dolidos por el resultado de la elección anterior, donde dejarán de ser diputados, cargos rentados, o pases en comisión.

Entonces, sabiendo la suerte que correrán en los próximos tiempos, dejaron de militar.

Esa crisis de participación, ha determinado que estemos ante la campaña más fría de los últimos 40 años, justo cuando celebramos la misma cantidad de años de vida democrática, tendría que ser al revés, a mi juicio, pero bueno, los políticos tienen la respuesta popular que se merecen.

Ojalá, más adelante, los políticos hagan mérito y en el próximo período electoral la gente se entusiasme, participe y realmente quiera ir a elegirlos.

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