El final de un período y una contienda que se las trae

Andrés Lima saliendo de votar el domingo de mañana en Salto.

Dice el refrán que 20 años no es nada, pero 10 años gobernando son mucho tiempo, sobre todo para nuestras democracias, que imponen alternancia en el poder por una pluralidad de partidos políticos que son la garantía más importante que un pueblo puede tener, ya que las mal llamadas democracias de partido único se convierten en autoritarismos y la dictadura del proletariado, a decir de José Mujica, de proletariado tiene poco y de dictadura terminan teniendo mucho.

Por eso, celebrar que un gobernante haya podido estar al frente de una administración por 10 años seguidos, fruto de la decisión de la voluntad popular, no es algo despreciable, al contrario cualquiera que se preciara de demócrata debería sentirse contento porque no haya habido interrupciones en el proceso y más allá de los enfrentamientos entre oficialismo y oposición, lo más saludable es que venga un recambio y que el mismo solamente sea por medio de la vía de las elecciones libres y democráticas.

El ciudadano Andrés Lima cumplió con sus dos períodos de mandato, seguramente no todos estén de acuerdo en muchas cosas, seguramente haya diferencias en las formas y en los contenidos que llevaron a que los distintos actores políticos reclamen, reprochen, cuestionen y exijan transformaciones durante estos 10 años.

Pero para la sociedad debe quedar solamente al pasar raya, al final del día, o como quieran decirlo, que pasaron dos administraciones que tuvieron la lealtad institucional suficiente, como para que predomine el valor de la democracia, de las instituciones y de la libertad, donde el gobierno puede y debe ser cuestionado, controlado y exigido.

Hoy se termina la era de Andrés Lima al frente de la Intendencia de Salto, cargo que conquistó en dos oportunidades y que lo sentó en el sillón de Juan Carlos Gómez y Uruguay desde el 2015, porque quienes le siguen ahora son sus colaboradores, mientras su impronta va a estar en otro ámbito más nacional, todo en momentos en que el gobierno departamental actual, espera terminar el período tal como se lo propuso al inicio, hace cuatro años y medio, y esperará al que resulte electo en mayo, para entregarle el mandato como es debido.

Lo que ya sabemos es que no será quien hasta ahora fue intendente el que retomará la posta el 9 de julio, sino que será uno de los 5 nombres que están en pugna y que se disputan el cargo en una contienda electoral que se las trae.

Aunque hoy, los cuestionamientos quedarán para los historiadores, o para el pueblo que en las elecciones que viene, las del 11 de mayo, deberán ratificar o remover a esta administración, pero en este día tan particular solamente debe haber homenaje a la democracia y sobre todo al valor que ella supone para nuestra sociedad y para nuestra vida como país.

Que viva la democracia y que sea el pueblo el que finalmente juzgue.

Hugo Lemos

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