Aquel 11 de setiembre que nadie olvida
El 11 de setiembre de 2001 yo estaba en la Universidad, en Salto, tenía clases en la Facultad de Derecho y había pasado por la biblioteca, cuando de repente alguien advierte que todo el mundo estaba pegado al televisor. «Están contentos los zurditos», comentó alguien de forma irónica y fuera de lugar, pero la pregunta vino «¿por qué decís eso?». -«¿No viste la televisión, mirá la CNN?, le volaron las Torres Gemelas con aviones a los yankees, nadie está libre de nada, ni los que se creían que a ellos nunca les iba a tocar, ahora quedó comprobado», me dijo.
No presté mucha atención y hasta pensé que estaba haciendo bromas, feas, de mal gusto, pero bromas al fin. Hasta que saliendo de la Universidad y de camino a casa me crucé a otra persona conocida, que me dijo, con su seriedad de siempre, «estoy en shock por lo que está pasando en Nueva York». Ahí solo atiné a ir corriendo hasta mi casa.
Cuando llegué, mi padre estaba frente al televisor mirando la cadena norteamericana y me dijo «¿viste lo que está pasando?», para eso ya estaba cayendo la primera Torre. No nos dijimos una sola palabra, solo mirábamos atónitos y sin poder creer nada. Cayó la segunda Torre, hablaban de muchos muertos, tal vez miles, nadie lo sabía, no se entendía nada, pero queríamos una respuesta.
Al rato llegué al diario donde trabajaba y pude comprobar que el desconcierto que tenía era algo generalizado. Lo cierto que lo que pasó ese día fue una muestra de la miseria y la violencia humana en su más horrenda concepción. Hoy a 22 años de esa tragedia para la civilización contemporánea en una fecha tan particular como la del 11 de setiembre, informamos al menos algo para mantener la memoria viva.
LO QUE PASÓ
Los atentados del 11 de septiembre de 2001, (también conocidos comúnmente por los numerónimos 11-S u 11S en español, o 9-11 en inglés), fueron una serie de cuatro ataques terroristas suicidas cometidos en Estados Unidos la mañana del martes 11 de septiembre de 2001, por el grupo terrorista Al Qaeda.345
Esa mañana, cuatro aviones comerciales que viajaban desde el noreste de Estados Unidos a Los Ángeles y San Francisco fueron secuestrados en pleno vuelo por 19 terroristas de Al Qaeda. Los secuestradores estaban organizados en tres grupos de cinco secuestradores, y un grupo de cuatro. Cada grupo tenía un secuestrador que había recibido entrenamiento de vuelo y se hizo cargo del control de la aeronave. Su objetivo explícito era estrellar cada avión contra un edificio prominente, causando bajas masivas y destrucción parcial o completa de los edificios atacados.
El primer avión en alcanzar su objetivo fue el vuelo 11 de American Airlines. Fue estrellado contra la Torre Norte del complejo World Trade Center en el Bajo Manhattan de la ciudad de Nueva York, a las 8:46 a. m. Diecisiete minutos después, a las 9:03 a. m., la Torre Sur del World Trade Center fue golpeada por el vuelo 175 de United Airlines. Ambas torres de 110 pisos se derrumbaron en una hora y cuarenta y dos minutos, lo que llevó al colapso de otras estructuras del World Trade Center, incluido el 7 World Trade Center, y dañó significativamente los edificios circundantes.
Un tercer vuelo, el vuelo 77 de American Airlines, que había despegado del Aeropuerto Internacional de Dulles, secuestrado sobre Ohio, fue estrellado a las 9:37 a. m. contra el lado oeste del Pentágono (sede del ejército estadounidense) en el condado de Arlington, Virginia, causando un colapso parcial de ese lado del edificio. El cuarto y último avión secuestrado fue el vuelo 93 de United Airlines, en dirección a Washington, D. C. Los pasajeros del avión intentaron recuperar el control de la aeronave de los terroristas y, finalmente desviaron el vuelo de su objetivo previsto; se estrelló en un campo cerca de Shanksville, Pensilvania, a las 10:03 a. m. Los investigadores determinaron que el objetivo del vuelo 93 era el Capitolio de los Estados Unidos.
Inmediatamente después de los ataques, las sospechas cayeron rápidamente sobre Al Qaeda. Los Estados Unidos, bajo la administración de George W. Bush respondieron formalmente lanzando la guerra contra el terrorismo e invadiendo Afganistán para deponer a los talibanes, que no habían cumplido con las demandas de Estados Unidos de expulsar a Al Qaeda de Afganistán, y extraditar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden. Bin Laden escapó a las montañas Blancas, donde fue atacado por las fuerzas lideradas por Estados Unidos, pero logró escapar.6 Aunque Bin Laden inicialmente negó cualquier participación, en 2004 se atribuyó formalmente la responsabilidad de los ataques.7 Al Qaeda y bin Laden citaron el apoyo de Estados Unidos a Israel, la presencia de tropas estadounidenses en Arabia Saudita y las sanciones contra Irak como motivos. Después de evadir la captura durante casi una década, bin Laden fue localizado en un escondite en Abbottabad, Pakistán y posteriormente fue asesinado durante la operación Lanza de Neptuno, el 2 de mayo de 2011.
La destrucción del World Trade Center y la infraestructura cercana, dañó seriamente la economía de la ciudad de Nueva York y creó una recesión económica global. Muchos países fortalecieron su legislación antiterrorista y ampliaron los poderes de los organismos encargados de hacer cumplir la ley y de inteligencia para prevenir ataques terroristas. Los espacios aéreos civiles de Estados Unidos y Canadá estuvieron cerrados hasta el 13 de septiembre, mientras que las operaciones de Wall Street se cerraron hasta el 17 de septiembre. Muchos cierres, evacuaciones y cancelaciones siguieron, por respeto o temor a nuevos ataques. La limpieza del sitio del World Trade Center se completó en mayo de 2002, y el Pentágono fue reparado en un año. La construcción del reemplazo del complejo World Trade Center comenzó en noviembre de 2006, y el edificio se inauguró en noviembre de 2014.8
Los ataques resultaron en 2996 muertes, más de 25 000 heridos y consecuencias sustanciales para la salud a largo plazo, además de al menos 10 mil millones de dólares en daños a la infraestructura y la propiedad.910 Sigue siendo el ataque terrorista más mortífero en la historia de la humanidad, y el incidente más mortífero para bomberos y agentes de la ley en la historia de los Estados Unidos, con 340 víctimas,11 y 72 muertos12 y los mayores desastres aéreos donde se involucre cualquier aeronave en la historia de la aviación. Si bien al ser hechos provocados intencionadamente, no se consideran accidentes.
Se han construido numerosos monumentos, incluido el National September 11 Memorial & Museum en la ciudad de Nueva York, el Pentagon Memorial en el condado de Arlington, Virginia, y el Flight 93 National Memorial en el lugar del accidente de Pensilvania.