Caram y Dos Santos pueden volver con un regreso triunfal

El escándalo de la asignación discrecional de horas extras en la Intendencia de Artigas, donde las principales autoridades políticas han sido condenadas por la justicia de aquel departamento, cae justo en medio del reinicio de una campaña electoral que se las trae, que va por su segunda etapa y promete jugar duro, ya que lo que ahora sí se define, son los cargos que van a ocupar los actores políticos en los próximos 5 años.

Esto le cae como anillo al dedo a la izquierda, que viene denunciando presuntos casos de corrupción desde hace tiempo y aprovecha todo lo que anda en la vuelta para fogonear a través de las redes sociales y de los medios de comunicación, un discurso que busca imponer su verdad.

Con respecto a Artigas, los hechos existieron, las autoridades no tomaron los recaudos a tiempo para denunciar y cuestionar lo sucedido, entonces ahora se enfrentan a la condena judicial y al cuestionamiento popular, sobre todo por permitir que sucedan hechos de esta envergadura, algo que si bien ocurren en todas las intendencias del país, donde las autoridades y sus allegados más cercanos que por lo general son los diputados del departamento, agarran de boliche de barrio a las administraciones y regalan bienes, cargos y horas extras, como si los bienes que les toca administrar fueran suyos.

Ahora ¿esto afectará a los blancos de Salto, Paysandú o Tacuarembó, por ejemplo? No lo creo, presumo que las prácticas políticas locales son propias de la idiosincracia de cada lugar y que en todo caso, el llamado voto opinión, que es el que vota analizando lo que pone en la urna, es el único que puede llegar a castigar a sus referentes cuando estos son expuestos públicamente por las cosas que ellos mismos hacen, mandándose macanas con el uso de los bienes públicos. Pero en Salto hay un claro ejemplo y es el caso Albisu.

Carlos Albisu fue severamente criticado y cuestionado por la oposición política y por algunos propios a su partido, por su presidencia en Salto Grande. Donde se le adjudicaron prácticas clientelísticas por hacer algo que todos los partidos políticos hacen y que ha pasado a ser una práctica común, que es hacer ingresar a determinados militantes de confianza a cargos públicos.

Algo que sobre todo se hace en las intendencias, porque todos los intendentes se rodean de personas de confianza, militantes, referentes políticos, aliados electorales, cabezas de lista, etc., para poder gobernar, de lo contrario sería muy difícil gestionar un gobierno.

Y sin embargo, en las elecciones internas del pasado 30 de junio, lejos de ser castigado por los votantes, Albisu fue uno de los más ganadores de esa noche, ya que sacó más de 7.600 votos en 11.300 adhesiones alcanzadas por el Partido Nacional en Salto, algo que lo deja posicionado como un serio postulante a pelear por la Intendencia de Salto en mayo del año que viene. Esto, cuando muchos de sus detractores, después del episodio Salto Grande en el parlamento, que además precipitó su renuncia el 7 de setiembre pasado, pensaban que se había terminado su carrera política.

Otro caso, fue el de Carlos Moreira en Colonia, el entonces intendente por tercera vez de ese departamento fue expuesto y prácticamente obligado a renunciar al Partido Nacional, luego de conocerse audios en los que le hacía proposiciones sexuales a una funcionaria para renovar la contratación de algunos becarios. Sin embargo, Moreira fue reelecto para ser por cuarta vez intendente de Colonia y además fue reintegrado por el Partido Nacional a sus filas.

Entonces, lo de Caram y Dos Santos no deja de ser vergonzoso, pero no es ajeno a las prácticas políticas de otros intendentes y diputados del interior del país, además creo que no deberían seguir ocupando cargos públicos, más allá de que la ley los habilite, porque no son inocentes y cometieron delitos en el mismo lugar donde ahora encima, Dos Santos se disponía a asumir como la principal autoridad.

Pero como eso de no seguir en política no va a pasar y tanto Caram como Dos Santos van a seguir siendo actores políticos referentes en ese departamento, seguramente vuelvan a ser elegidos por la ciudadanía artiguense, porque son el reflejo de la idiosincracia local, que en este momento es algo que si bien preocupa en otros lados, no tanto en ese mismo departamento.

Así que, más allá de todo, creo que tanto a Caram como a Dos Santos, lejos de lo que todos creen, los estaremos viendo pronto y encima con un regreso triunfal.

Hugo Lemos

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