Conflictos de intereses en la profesión médica

En las últimas décadas, el mundo de la Medicina se ha familiarizado con la valoración de los conflictos de intereses que se presentan en la práctica profesional con frecuencia creciente, siendo los mismos motivos de gran preocupación, y el no evitarlos puede traer consecuencias muy negativas.


Pese al cambio del modelo asistencial en la relación médico paciente que se viene procesando en el tiempo desde el modelo paternalista al modelo de autonomía del paciente aun está presente una asimetría en dicha relación que obliga a prestar mucha atención a los conflictos de intereses que puedan presentarse, ya que el paciente se encuentra en inferiores condiciones.

Los conflictos de intereses se definen como una figura moral que aparece en la conducta de quien tiene un deber u obligación (INTERES PRIMARIO) que choca con un interés de carácter personal (INTERES SECUNDARIO) que puede interferir o distorsionar un juicio profesional de modo inaceptable.

Los intereses primarios en la práctica médica profesional son: 1. La prevención de enfermedades y la promoción de la salud. 2. Alivio del dolor y el sufrimiento causados por la enfermedad. 3. La asistencia y curación de los enfermos, y los cuidados paliativos de quienes tienen enfermedades incurables. 4. Velar por una muerte digna. 5. Validez de una investigación médica.


Los intereses secundarios, frecuentemente son de tipo económico, académico, religioso, político o personal. Los conflictos de intereses se pueden desarrollar tanto en lo individual como también en lo colectivo y pueden ser de distintos tipos, como: • En relación con artículos científicos publicados. • En la toma de decisiones sobre prescripciones de fármacos. • En el caso de investigadores que mantienen vínculos con empresas farmacéuticas. • En la ocupación de cargos de responsabilidad en instituciones asistenciales, científicas o de representación profesional.


El hecho que se presente un conflicto de interés no significa automáticamente que se trate de una conducta condenable, pero si plantea el desafío de gestionarlo y resolverlo de la mejor manera posible. La formación médica viene siendo financiada desde hace décadas en gran parte por la industria farmacéutica, cuando la misma debiera ser responsabilidad de las propias instituciones sanitarias asistenciales.


El Colegio Médico del Uruguay se ha planteado como prioridad el desafío ético de ocuparse de reflexionar y precisar el significado de los conflictos de interés en la práctica de la profesión médica, para de esa forma comprender mejor y gestionar adecuadamente la resolución de los mismos. La posición de debilidad de los pacientes ante la ciencia médica hace imprescindible el promover una cultura preventiva de los conflictos de intereses, como forma de mantener la confianza de la sociedad en la profesión médica y sus organizaciones.

Para afrontar esta situación es necesario reconocer la existencia de los mismos y establecer una estrategia en base a: • La declaración pública de los conflictos de intereses. • Revisión de los mismos por los Comités de Ética correspondientes para su aprobación. • Inhibición y recusación en casos de alto riesgo. • Incorporación de estos contenidos de naturaleza ética en la formación de los futuros médicos y en la formación médica continua.
• Evitar la financiación de la formación médica por parte de la industria farmacéutica.

Por: Dr. José Techera

Presidente del Regional Norte del Colegio Médico del Uruguay

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