Entre el Día del Ejército y las guerras del comandante

Imagen de la Plaza de Armas del Cuartel de Salto. Foto: Batallón Ituzaingó

Cada 18 de mayo, además de recordarse un nuevo aniversario de la Batalla de Las Piedras, se trata de la fecha de fundación del Ejército Nacional, cuyo primer comandante en jefe fue el General José Gervasio Artigas, Prócer de la Patria.

Aunque desde siempre, la relación del Ejército con las autoridades políticas del Uruguay tuvo chisporroteos a lo largo de la historia. El último gran enfrentamiento con la clase política nacional, ergo, con los representantes del pueblo, fue la dictadura militar.

Pero los sesgos quedaron de un lado y del otro, y así como muchos sectores de la sociedad, principalmente la izquierda que fue la gran enemiga, siempre hubo un miramiento distinto del cuerpo castrense, como una institución que puede imponerse ante la voluntad popular, si las «causas así lo ameritan». Aunque desde las propias Fuerzas Armadas han tirado por tierra reiteradas veces ese argumento.

Hoy, en el marco de esta celebración del Ejército, estaba escuchando al comandante en jefe del Ejército, Mario Stevenazzi, que dijo que a él, las propuestas de achicar la fuerza de tierra, le parecen por decir lo menos «algo simple», ya que el ejército uruguayo «está preparado para defender la seguridad desde lo externo» y a quienes dicen que «¿para qué un ejército? siUruguay nunca va entrar en guerra, eso no es tan así, basta con mirar para el costado».

Eso último me llamó mucho la atención, ni lo que dijo sobre la edad de retiro, porque en definitiva se trata de defender el bolsillo de ellos, pero lo otro, de que las guerras están presentes y están cercas, ¿a qué se refirió? ¿el presidente Lacalle Pou que estaba allí y tuvo un tenso saludo con Manini y su esposa, la ahora senadora Irene Moreira, no le va a pedir explicaciones?

Está bravo. Y encima en el Día del Ejército.

PD: en el Cuartel de Salto, me dijeron que sigue estando presente la imagen del San Miguel Patrono de la Infantería, está en el fondo del recinto militar. Pero si realmente está ahí ¿viola la laicidad de las oficinas públicas? Al menos así sería, aunque bueno, parece que el Ejército es otro mundo.

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