La Policía debe investigar a Penadés como si el ministro no hubiera dicho nada

Penadés, Lacalle Pou y Heber en un acto nacionalista en 2019

Que el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, haya dicho que la denuncia contra el senador de su sector político, Gustavo Penadés, es un acto de difamación del cual el legislador deberá defenderse ante la justicia, es un acto de injerencia política indebida.

El ministro es el jefe político de la Policía, la cual es el brazo auxiliar de la justicia, en este caso de la Fiscalía General de la Nación. Fiscalía que además está sujeta al Poder Ejecutivo, porque si bien tiene «independencia técnica», es un organismo cuyo máximo jefe termina siendo el presidente de la República, algo que no pasa con el Poder Judicial que es un poder independiente.

Estoy convencido que la Fiscalía debería ir en el mismo sentido y que para eso los legisladores de todos los partidos, deberían unirse para garantizar su funcionamiento, elaborando y sancionando una ley que le dé autonomía e independencia del Poder Ejecutivo.

Solo así podremos decir que tenemos una Fiscalía más limpia de cualquier cosa que los salpique políticamente. Una Fiscalía independiente, libre y autónoma que nos dé garantías a los ciudadanos de que son un organismo defensor a ultranza de nuestros derechos, del pueblo y para el pueblo. Porque por algo los fiscales son los titulares de la acción punitiva del Estado, pero del Estado, ergo de todos nosotros y no del gobierno de turno.

Aunque el hecho de que haya una denuncia contra uno de los principales senadores del oficialismo, y mucho antes que la Fiscalía le pida a la Policía que empiece a munirlos de elementos para iniciar la investigación, el Ministro del Interior, jefe político de la fuerza de tierra y líder del sector al que pertenece el denunciado, anuncia públicamente que esa denuncia se trata de un mero acto de difamación, puede llegar a ser tomado como un condicionamiento para el accionar policial.

Encima, al rato, el propio presidente de la República, jefe máximo de la Fiscalía y sobre todo de la Policía, añade que «él le cree» a Penadés, generando un mayor condicionamiento aún.

Nadie dice que Penadés es culpable, ni siquiera que cometió un delito, ni tampoco se habla de su calidad de legislador de la que tiene el buen concepto de sus correligionarios, pero sobre todo y también de sus adversarios, que lo consideran «buen senador» y «buena persona», como ya se han pronunciado varios referentes del Frente Amplio.

Pero todos esperamos que la Fiscalía y la Policía investiguen este caso con total transparencia, honestidad y claridad. Que lo hagan no solo para que la población pueda tener confianza en las instituciones y sepa que, pese a que el propio Heber le diga a la policía que la denuncia no tiene importancia, ellos trabajarán igual como si el ministro no hubiera escuchado nada.

Pero también que lo hagan, para que el propio Penadés sepa que aunque sea amigo del ministro del Interior de turno y sea un senador oficialista del presidente de la República, él, como cualquier otro uruguayo, va a tener que ser investigado igual. Eso, en definitiva es lo que nos sirve a todos.

HUGO LEMOS

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