Lula Da Silva vuelve a la presidencia de Brasil tras ajustada segunda vuelta

En el final de una campaña agresiva, en un clima histórico de polarización y tras un conteo voto a voto, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva finalmente se impuso en esta segunda electoral al actual mandatario Jair Bolsonaro y volverá al Palacio presidencial el próximo 1 de enero.

Con el 96% de los votos escrutados, el líder del Partido de los Trabajadores obtenía el 50,6% contra 49,3% de Jair Bolsonaro, una diferencia de poco más de un millón y medio de votos.

La elección se hizo en un país fracturado casi en dos partes iguales. Los campamentos de ambos candidatos anticipaban que se votó en medio de un empate técnico.

Unas 156 millones de personas estaban llamadas a votar, aunque se descontaban los más de 30 millones que no lo hicieron en la primera vuelta. La abstención había crecido en el país alimentada por una decepción especialmente de los electores más jóvenes con los manejos de las políticas.

El último debate, en el cual ambos candidatos se despreciaron mutuamente, y evitaron con insultos cualquier propuesta de futuro, en una riña que se extendió dos horas, puede haber alejado a muchos más votantes de las urnas, según temen los especialistas. Especialmente a los jóvenes que perciben un fuerte deterioro del sistema institucional a partir de esos desvíos.

La elección de este domingo importó no solo a nivel nacional. Nueve de los 12 estados definían también su gobernación ente aliados del PT y bolsonaristas.

Lula había terminado la primera vuelta con una ventaja de seis millones de votos sobre Bolsonaro. Pero lo central es que ambos sumaron el 91% del total de votos. Las otras fuerzas quedaron en niveles mínimos. Tanto el apoyo como el rechazo son datos que centraron la atención de los analistas.

El 50 por ciento de los votantes, nada menos, anticipaba que no elegiría jamás a Bolsonaro, mientras una cifra similar, el 46%, señalaba lo mismo sobre Lula. Es decir, un enorme voto en contra que cruzaba al otro partido impulsado por el rechazo.


El politólogo Bolívar Lamonier señaló este domingo a Estadao que la actual división de la sociedad no tiene precedentes en nuestra historia. “Ahora puede decirse sin temor a equivocarse que esta crisis es mucho más peligrosa y podría conducir a un período de conflicto razonablemente largo”.

Concluye que el país se enfrenta a una segunda década perdida. El autor de «Tribunos, profetas y sacerdotes» imagina el siguiente escenario: “crimen organizado, endemias, una política totalmente desorientada”, donde nadie dice “cosa con cosa” y concluye que el PSDB, el partido del ex presidente Fernando Henrique Cardoso, desapareció como fuerza política “en un país que –afirma- no tiene partidos, sino siglas hechas por media docena de personas”.

Para otros observadores, el panorama es menos dramático, aunque el futuro presidente deberá tener una especial cintura negociadora, especialmente si es el ex líder metalúrgico.

Brasil el próximo año deberá resolver las deudas fiscales que se han ido acumulando, un problema grave con el presupuesto que en este país tiene un capítulo secreto que se discute en reserva con el Parlamento y que también sería de un tamaño abismal.

El ajuste de las cuentas públicas es inevitable, afirman los analistas.


La negativa de Lula da Silva a informar con anticipación cual será su equipo económico y su plan en la materia indicaría también, se afirma, que habrá un pragmatismo elevado para enfrentar los números rojos que de habérselo anticipado podrían haber reducido su apoyo electoral.

El líder del PT, que gobernó en dos gestiones con políticas económicas liberales, y logró ocho años de superávit fiscal de las cuentas públicas, se ha mostrado durante la campaña en el centro político y hacia la centro derecha últimamente de la mano de su principal aliada, la senadora Simone Tebet, una hacendada antiabortistas y conservadora que es muy respetada por el agronegocio, un sector que se ha alineado verticalmente hasta el momento con el bolsonarismo.

San Pablo. (Marcelo Cantelmi. Clarín.com)

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