Murió Omar Filippini, el papá de Blanquita

Falleció Omar Filippini, el papá de Blanquita, un hombre que luchó a brazo partido durante muchos años por su hija, contra el sistema médico, el sistema político y contra las presiones que una y otra vez le dijeron que parara la mano, pero él siguió para adelante siempre, buscando, hablando, peleando cuando era necesario y guardándose muchos desprecios, palabreríos e insultos de quienes se sentían atacados por su reclamo permanente de justicia.

A Omar lo conocimos en el año 2009, en un triste mes de abril cuando empezaba la odisea por salvarle la vida a Blanca, que con apenas 3 años de edad había concurrido a la puerta del Hospital con su madre con un malestar generalizado y solamente recibió una Dipirona y fue enviada a su casa, hasta volver dos veces más y exigir asistencia.

Pero ya era tarde, la infección había tomado gran parte de su cuerpo y el cirujano entendió que amputar sus extremidades era la única opción para salvar su vida. El caso conmocionó al país y ocasionó una serie disparatada de cruces entre las autoridades sanitarias que estuvieron hasta el 2020 y la familia de la niña.

Fueron 11 años de lucha, cuando Blanca pudo ver que había justicia y un juez falló a favor, pese a que ASSE apeló una y otra vez diciendo que hubo «asistencia tardía», y vaya si la hubo, que la niña por ser atendida tres días después de la primera consulta fue amputada de sus dos piernas, un brazo y tres dedos de una mano; y encima debe vivir así el resto de sus días, ya que hasta el día de hoy Blanca recibió cerca de 30 intervenciones quirúrgicas. Treinta, con todo lo que eso implica.

Omar, desgastado por el stress, siempre guardó palabras para la entonces ministra de Salud Pública, María Julia Muñoz quien lo acusó de querer «hacer plata con la salud de su hija», y que se diga, fue capaz de decirle eso a un hombre que solo reclamaba por lo que le habían hecho a su hija.

«Me entregaron un pedacito de carne después que la amputaron, pero ese pedacito tiene un alma intacta, un alma fuerte, y esa es mi Blanca», me contó un día con los dientes apretados.

El cáncer se lo llevó, pero ella es su vivo legado, Blanca Filippini es un símbolo de compasión y lucha, un ejemplo que vive entre nosotros.

Hasta siempre Omar

Hugo Lemos

También te podría gustar...

1 respuesta

Responder a María Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *