Murió su padre por Covid y le avisaron 17 horas después
Pasaron 17 horas para que Mario Figueora Pérez, pudiera saber que su padre había fallecido de coronavirus. Tenía 80 años de edad y pasó 10 días de internación en el CTI del Hospital de Salto, él iba a diario a recibir el parte médico ya que no podía ingresar al lugar, porque los protocolos se lo impiden.
Pero al décimo día, haciendo la fila que cada día forman en la puerta del centro asistencial público, quienes deben recibir informes sobre la evolución del estado de salud de sus familiares, Mario recibió la peor noticia, pero la misma le llegó casi un día después.
Angustiado por la situación y conmocionado por la noticia que recibió, se comunicó con El País para dar a conocer su historia, señalando que «se trata de una injusticia» y que «no quiere que nadie más pase por lo mismo que le tocó vivir a él».
Por otro lado, señaló que habló con las autoridades hospitalarias para reclamarles por lo vivido y según él, estas le admitieron que «fue un error», le solicitaron «las disculpas del caso» y le manifestaron que «si quería hacer una denuncia, estaba en todo su derecho».
LA DENUNCIA
Mario vive en el barrio Andresito, una zona periférica de la ciudad de Salto y tiene dos hijas pequeñas, una de ellas «casi no conoció a su abuelo, porque con tantas medidas sanitarias que tuvimos que tomar en todo este tiempo, lamentablemente el contacto no era fluido», relató con tristeza.
Dijo que tiene a su madre viva pero que la misma sufrió un ACV por lo cual «no puede recibir emociones fuertes y no le hemos dicho nada aún con mi hermano sobre lo que le pasó a mi padre, además no ve medios ni redes por lo tanto la denuncia la podemos hacer tranquilos».
Sostuvo que desde que internó a su padre iba todos los días a recibir el informe médico en la puerta del Hospital de Salto.
«Iba a las 14 horas y a las 19, ahí hacemos una fila y nos van diciendo por apellido cómo está nuestro familiar, en mi caso me decían que la estaba peleando, pero uno nunca sabe cómo está porque no puede verlo, entonces te quedas con la sensación de que tenés abandonado a tu familiar porque querés darle algo, verlo, saludarlo, y no te conformas con estar detrás de la puerta, sin saber cómo lo están atendiendo, y sabiendo además que él nos necesita más que nunca, porque está solo y se siente triste y enfermo», declaró Mario Figueroa con bronca e impotencia.
Pero la jornada del 7 de junio fue tremenda. «Llegué a las 14 horas y no había nadie, no me dieron el informe y me fui. Entonces volví a las 19, porque ahí sí iba a saber cómo seguía papá, pero una enfermera que estaba allí me dijo ‘su padre murió, fue a las 2 de la mañana, hace 17 horas, ¿nadie se lo dijo?’; no, le respondí. No sabía que mi padre había fallecido, sino no estaba acá», le dijo Mario a la funcionaria.
«En ese momento no supe qué hacer, se me vino el mundo abajo, para colmo estaba solo porque era el último de la fila y no quedaba nadie más. Me sentí tan solo, así como se debió sentir mi padre cuando murió, y le dije ‘¿pero cómo puede ser que me lo diga ahora? Asì que si yo no iba a saber de mi padre, podía pasar varios días en la morgue que nadie me avisaba’, le increpé, y ella me dijo que me tenían que haber avisado», declaró Mario.
Relató a El País que después se comunicó con su hermano y fue a hacer los trámites para el sepelio, lo tuvo que llevar al hoy colapsado cementerio del barrio Artigas. «Lo enterraron entre el barro de las fosas en un cementerio donde te das cuenta que ya no cabe nadie», dijo y agregó entre sollozos, «mi padre no merecía terminar así».
Sostuvo que denuncia la situación «porque es una injusticia que pasen estas cosas, donde te dicen que fue un error que tu padre haya muerto y que nadie te avisara, era un Hospital no un lugar cualquiera, y encima después cómo te lo dicen. Yo denuncio esto porque no quiero que a nadie más le vuelva a pasar lo mismo, porque no se lo deseo a nadie».
En las últimas dos semanas van falleciendo 80 personas por coronavirus en Salto, muchas de ellas entre 30 y 40 años de edad.