Música para la Salud Mental
En estos tiempos donde todo apremia, sumergidos en noticias desgarradoras y preocupaciones de todo tipo, es imprescindible para nuestro bienestar emocional cultivar acciones y tomar conciencia de que la salud mental es un problema de todos, por lo que debemos cada uno de nosotros encontrar la o las estrategias que nos hagan tener momentos de confort, placer, y felicidad para tener una buena actitud frente a la vida.
Por ello es fundamental para nuestra salud mental mantener actividades recreativas de agrado, que nos alejen de los pensamientos negativos y catastróficos que puedan generar estrés y preocupación. Hoy en día está científicamente comprobado que escuchar música trae muchos beneficios para la salud mental. En este espacio halaremos de la música clásica y cómo impacta en nuestra mente.
La música en general genera sensaciones, por lo que podemos encontrar melodías que nos brinden una experiencia satisfactoria, feliz; incluso puede llegar a hacernos acordar de algo placentero ya vivido, y también, escuchar música en grupo nos hace compartir un sentimiento con los demás.
Se ha comprobado que escuchar música clásica durante al menos unos minutos al día conlleva múltiples beneficios. Estimula áreas cerebrales que nos permitirán mantenernos alerta, optimizando procesos de aprendizaje y mejorando la concentración.
Escuchar melodías y canciones estimula diversas áreas del cerebro, como las responsables de la memoria, la concentración y el estado de ánimo. Es así como la música puede mejorar el sueño, optimizar la concentración, liberar el estrés, entre muchas otras cosas más.
Sin embargo, no todos los géneros musicales tienen los mismos efectos. Si buscan reducir el estrés, estimular su creatividad, incluso ayudar a conciliar el sueño, la música clásica será un excelente complemento.
Está científicamente comprobado que escuchar música clásica mejora la actividad de los genes implicados en la secreción y transporte de dopamina, la función sináptica, el aprendizaje y la memoria. A lo largo de la historia han surgido diferentes teorías y métodos de aplicación sobre la relación de la música con el sistema nervioso, algunas han sido reveladas que no eran totalmente acertadas como la del “Efecto Mozart”.
Si bien el fenómeno del Efecto Mozart ha sido desmentido, eso no implica que escuchar música clásica no sea un hábito positivo. De hecho, hacerlo, aporta múltiples y variados beneficios como: la reducción del estrés favoreciendo la relajación de los músculos; mejora nuestro estado de ánimo escuchar melodías que generen sensaciones placenteras y de bienestar; la música clásica crea un estado meditativo y enlentece las ondas cerebrales por lo que ayuda a conciliar el sueño y es usado para combatir el insomnio; también es utilizada para complementar tratamientos en algunas enfermedades mentales como Alzheimer y el Parkinson ayudando a la predisposición del paciente a cumplir con ejercicios que permitan estimular la memoria; estimula la creatividad favoreciendo procesos de aprendizaje.
No nos volverá más inteligentes, pero sí dejará a nuestro cerebro predispuesto para aprender, en tanto aumenta la concentración.
Fátima Ríos. Secretaría del Consejo Regional Norte del Colegio Médico del Uruguay.