Vamos por otros 40 años de democracia y libertad
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La asunción de Yamandú Orsi consolida los 40 años de democracia plena que tiene nuestro país de forma ininterrumpida. Si bien la democracia del Uruguay es una de las más antiguas del mundo, porque ya desde 1830 que elegimos a un presidente, en aquel momento con menos libertades que ahora, pero en definitiva elecciones, es la primera vez en su historia, que nuestra República tiene tantos años continuos de democracia.
Y qué mejor manera de celebrarlo que mostrando alternancia en el poder, mostrando que sale un presidente de un partido político que cumplió la totalidad de su mandato constitucional, que hubo elecciones libres, tan libres que hasta ganó el candidato de la oposición y que incluso después, ese candidato de la oposición asume como presidente en un clima de fiesta, con presidentes extranjeros como testigos y con un pueblo en las calles, más allá de que son afectos, pueden expresarse libremente.
Sin lugar a dudas, que el clima de democracia en Uruguay es algo factible, importante y garantido. Si bien el clima político puede ser muchas veces ríspido, complejo o de enfrentamientos ideológicos, la sangre no llega al río; y esa es una de nuestras mayores virtudes, que la sangre no llegue al río, que los gritos, discusiones y hasta acusaciones, muchas veces infundadas, no lleguen al río, sino que puedan debatirse y zanjarse frente a frente con, muchas veces al final del día, una mano apretada para sellar la concordia.
Y eso fue lo que vivimos ayer 1º de marzo los uruguayos, la alegría de ver lo que vimos, que para mi generación, que nació en el ocaso de una dictadura y que éramos muy niños cuando se llevó adelante la primera elección presidencial después de los 12 tortuosos años de autoritarismo, es algo natural, pero para la historia del país significa mucho.
No hay dudas de que Luis Lacalle Pou estuvo a la altura de un presidente de la República y fue un capitán de barco que llevó al país a la senda del crecimiento económico, la estabilidad y la libertad, sobre todo después de haber vivido una pandemia que nos pudo haber hecho más daños del que recibimos, haciendo que hoy, a no ser por la pérdida de los seres queridos que tuvimos, ni nos acordemos de ella.
Esperamos sí, que Yamandú Orsi esté a la altura de este camino que acaba de iniciar, que le de relevancia al norte del país, al interior profundo y a los uruguayos más vulnerables sí, pero también a aquellos que tienen deseos de prosperar, que hacen el esfuerzo, que le meten ganas, que se la juegan, que invierten su conocimiento, tiempo y capital para crear desarrollo, porque en ellos básicamente le va la vida a este país de pequeños emprendedores en el que nos hemos convertido.
Con un clima de confianza institucional como el que tenemos, es la clase política la que debe estar a la altura y hacer que las cosas funcionen bien por el bien de todos nosotros, y de esa manera, dentro de 40 años más podamos celebrar los 80 años de una democracia plena.
Hugo Lemos