Funcionario de la Escuela Agraria UTU
Un funcionario de la Escuela Agraria de UTU de la localidad de San Antonio en Salto, murió en su lugar de trabajo en las últimas horas debido a la falta de elementos apropiados para prestarle asistencia a una persona que padezca un infarto.
En el lugar no hay un desfibrilador que funcione y además, al momento de producirse el hecho solicitaron uno que tenía la Seccional Sexta de la Policía de Salto pero el mismo no funcionaba.
Esta trágica situación que se dio en horario de trabajo y de funcionamiento del centro educativo, causó congoja en toda la zona. El trabajador era Nelson Martínez, un hombre que con 60 años de edad ya llevaba muchos años trabajando en el lugar y murió en su espacio de trabajo causando conmoción en todos los presentes, sobre todo por la falta de herramientas como para atender este tipo de casos.
Ahora analizan cuál fue el motivo por el cual no había un desfibrilador que funcionara, lo que demuestra la carencia importante que había en la localidad, ya que no cuentan con elementos apropiados para atender este tipo de casos.
Además laguardia pudo saber que había una ambulancia en el lugar y al momento de ocurrir este tipo de hechos, la misma estaba haciendo un traslado a Salto.
La Asociación de Funcionarios de UTU (AFUTU) en tanto, remitió un comunicado a laguardia donde menciona que «lamenta con profundo pesar el fallecimiento del compañero Nelson Martínez que falleció en la institución en horario de servicio».
Para AFUTU el hecho los hace reflexionar y entienden necesario compartir puntualizaciones. «En primer lugar la falta de asistencia médica inmediata en una localidad tan vasta como San Antonio. El auxilio desesperado de algunos compañeros del lugar, sin los elementos necesarios no pudieron impedir el fatal desenlace».
Además destacan «la necesidad de contar con un desfibrilador en un espacio donde hay tres centros educativos con la concurrencia de cientos de estudiantes, docentes y funcionarios no docentes».
Asimismo señalaron que «la insensibilidad del sistema que nos obliga a seguir trabajando. El compañero Nelson había superado los 60 años de edad y no llegó a gozar del merecido descanso por jubilación, dejó su vida en el lugar de trabajo».
Por todo lo expuesto sostienen que «con profundo dolor convocamos a redoblar esfuerzos para conquistar mejores condiciones de vida y espacios de trabajo saludables».