«Hay generaciones enteras que solamente han trabajado acá», afirmó Ignacio Cujó
Con 70 años de historia, la empresa constructora Cujó S.A. ha crecido en los últimos tiempos con una política de expansión que la llevó a explorar por nuevas oportunidades de negocios, lo que conllevó a nuevos desafíos y en consecuencia a darle empleo a cientos de personas en todo el país.
«Orgullosamente salteños», según afirma el actual director de la compañía, Ignacio Cujó, quien es ingeniero agrónomo de profesión, pero siempre vinculado al rubro de la construcción junto a su padre, José Cujó Trías.
«Algo había que estudiar y yo elegí esa profesión, y mi padre se me paró al lado y me dijo que lo empezaba siempre tenía que terminarlo, como una obra, entonces estudié esa carrera y es la profesión que tengo pero no ejerzo», declaró en una entrevista con laguardia, en el marco de los 70 años de una empresa en constante crecimiento.
«Los desafíos son diarios, todos los días se generan nuevas posibilidades de inversión y de desarrollo, y somos de los que entendemos que las empresas están destinadas a crecer o a desaparecer, en nuestro caso siempre optamos por crecer. Y esa es una herencia que tenemos, siempre con mucha cautela, pero a los desafíos hay que enfrentarlos y superarlos y hacer crecer a la empresa y a toda su gente que en definitiva es la que la saca adelante», dijo Ignacio Cujó.
«Nuestra génesis es el desarrollo inmobiliario, pero también estamos trabajando en nuevas unidades de negocios como son los depósitos fiscales, también mucha unidad prefabricada que entendemos también que es lo que se viene, algunos edificios y adaptándonos a lo que son las necesidades y de,mandas actuales», expresó.
«Somos muy orgullosos de ser salteños, como todos los que nacimos acá. Pero tuvimos la oportunidad de instalar una oficina en Montevideo, porque el dicho de que ‘Dios está en todas partes pero atiende en Montevideo’ es cierto y nos hizo tener esa necesidad, más allá de que nuestras oficinas centrales siguen estando en Salto», sostuvo Cujó.
Contó que la expansión de la empresa obligó a tener que «salir de Salto y jugar de visitante, aunque eso después termina siendo relativo, porque Uruguay es muy chico, cuando uno sale y trabaja para hacer las cosas bien y las obras que dejamos en los distintos lugares van quedando bien e incluso si hay algún error, volvemos y respondemos por ese error, vamos dejando una imagen de que somos gente seria y en nuestro país eso vale mucho. Cuando vos preguntas por alguien y te dicen que es serio, vos confias y en los negocios pasa lo mismo, y eso es fundamental».
Y dijo que siente «mucho orgullo cuando quienes trabajaron en la empresa, hablan bien y están conformes, hay generaciones enteras que solamente han trabajado acá, aunque ahora hay mucho más movilidad. Y yo soy un ejemplo de eso, a esta empresa la empezó mi abuelo, la siguió mi padre y ahora estoy yo a cargo, pero también hubo algún hijo mío haciendo algo, aunque ahora están estudiando».