Un hombre leal a sus amigos, ese fue Malaquina
La campaña electoral camino a las elecciones departamentales del año 2000, eran las primeras de su naturaleza, ya que hasta las elecciones anteriores (1994) la ciudadanía elegía al presidente de la República, el mismo día que lo hacía con el Intendente de cada departamento.
Eduardo Malaquina, tuvo el honor de haber sido reelecto en esa instancia. Cuando me tocó cubrir la conferencia de prensa siendo yo apenas un joven de 21 años de edad, periodista de diario El Pueblo hacía pocos meses, recuerdo su emoción y una frase que exteriorizaba ese sentimiento que fue: comparto la responsabilidad, pero el honor no lo comparto, el honor es todo mío.
En el año 2002, cuando el 2 de abril de ese año se realizó el acto de inauguración del nuevo edificio de la entonces Regional Norte de la Universidad de la República que se encuentra en la esquina de Rivera y Misiones, las autoridades universitarias de la época se encontraban en conflicto por el presupuesto quinquenal con el Gobierno Nacional que entonces encabezaba el también extinto Jorge Batlle, y mal decidieron, a mi juicio, no invitar al expresidente Julio María Sanguinetti, quien había autorizado la ejecución de fondos para la construcción del notable edificio.
Al saber esto, Malaquina, siendo el intendente de Salto y aún sabiendo que del acto participarían sus pares de la región, decidió no participar del acto de inauguración y muy enojado, dijo que no lo haría porque según él «estaban proscribiendo a un amigo, y si mi amigo no puede ir entonces yo tampoco voy (me dijo), además de que están proscribiendo a un hombre que puso la plata para que ese edificio fuera una realidad, solamente por sus diferencias políticas con un gobierno de su partido».
El ex intendente defendía con pasión sus convicciones, con firmeza sus ideas y con lealtad a sus amigos. Como el día que falleció Basilio Senisa, el primer edil electo por la Lista 1 en el año 2010, quien no pudo completar el período por sufrir una enfermedad terminal. Esa jornada, tras el sepelio de Senisa, telefoneé a Malaquina para que me brindara unas palabras sobre éste, las que serían publicadas en el diario El Pueblo, a lo que Malaquina me respondió con la voz entrecortada: «mire, yo le pido disculpas, pero a mi no se me murió un dirigente político, hoy se me murió un amigo, y yo no puedo hablar», y tras saludarlo le agradecí sus expresiones que igualmente fueron publicadas y en ese tono.
Hace pocos días y al saber de su delicado estado de salud, hablé con Paola, su hija, ex compañera de liceo, a quien la consulté al respecto y me dijo entre otras cosas sobre de la foto que publicamos ahora y que la compartí de su muro en Facebook, en la que desborda un portarretratos con la foto de ella y sus hermanos: «mi padre era así, podía no estar físicamente por sus obligaciones, pero siempre nos hacía saber que estaba con nosotros, y no se cómo fue como político, pero sí te puedo decir que fue el mejor Papá de todos», y esa expresión emotiva y sentida, es el mejor legado que puedan tener.
Hasta siempre Intendente y abrazo a su familia.
Hugo Lemos
Muchas gracias por tu post. Un cordial saludo.