Andrade y la obligación de pagar impuestos
Oscar Andrade se equivocó y tiene que enmendar su error. Un senador de la República, más allá del partido político al que pertenezca debe cumplir y hacer cumplir las leyes, eso es lo que jura en el parlamento cuando asume el cargo.
Acá nadie puede poner en tela de juicio que Andrade, al igual que cualquier otro senador, diputado, ministro o el propio presidente, tienen que pagar sus impuestos para darnos el ejemplo al resto de los ciudadanos.
De lo contrario no sirven para ejercer el cargo que ocupan porque se están contradiciendo al incumplir las normas básicas de convivencia.
Andrade no es un mal senador, hace bien su trabajo, cumple en su función y trabaja en la redacción de leyes para que las mismas sean aplicadas a toda la población.
Por lo tanto, no puede él mismo eximirse de cumplir con la ley.
Cuando uno hace una obra tiene mil formas de declararla, incluso como mano de obra benévola. Si compra un terreno tiene que inscribirlo ante la Intendencia, si no lo hace está incumpliendo todas las normas habidas y por haber.
Va de suyo, que estuvo mal porque él no es un ciudadano común, representa una fracción de la sociedad que lo eligió para ocupar un asiento en el parlamento y le paga una torta de plata, más de 200 mil pesos uruguayos por mes, por lo menos cinco veces más que el promedio de la población. Después si el decide regalar o donar su dinero es un problema de él y hasta es algo también cuestionable, porque la sociedad no financia un partido político sino un legislador para que se dedique cien por ciento al cargo.
Pero no puede no pagar sus impuestos, y más cuando son montos irrisorios, tampoco puede atribuirlo a problemas personales, ni a ninguna otra cosa que no sea su propia falta de responsabilidad.
Andrade tiene que pagar los impuestos como cualquier ciudadano y después vemos si la derecha esto o aquello, si los periodistas son operadores políticos, si prevalece el pensamiento infantil de que le hicieron una cama o si Andrade en este caso puntual fue un irresponsable y punto.
Hugo Lemos