No puede subir más nada

Quizás fue una medida política estratégica subir el precio de los combustibles tres veces seguidas, o capaz un yerro que le puede costar caro políticamente, pero el presidente de la República, Luis Lacalle Pou tenía que haberle buscado la vuelta para no hacerlo.

La economía doméstica se está volviendo un problema, más allá de que la inflación tenga un solo dígito, el tema es que el Uruguay es un país caro.

El director de Ceres, Ignacio Munyo, dijo en una entrevista para Laguardia en televisión que sale hoy por canal 4 y que será colgada en nuestras redes en los próximos días, que no importa tanto el número de la inflación, sino que el país se ha vuelto caro para vivir.

Entonces si la situación ya es complicada, si los precios ya son altos, si comprar en el supermercado ya es un peso enorme para la población, por lo menos para el grueso de la misma, aumentar el precio de los combustibles no es sensato, ni siquiera una medida ajustada a la realidad, porque la realidad es lo que la gente puede costear para vivir, no si la empresa que compra, refina y vende combustible da perdida.

Cuando José Batlle y Ordoñez estatizo las empresas públicas fue para garantizar el suministro de servicios a toda la población, no para que la empresa no de perdidas. Ese es otro tema.

Si bien en los sucesivos gobiernos han abusado de las empresas públicas, aprovechando el poder político se turno, eso no quiere decir que las mismas tengan una visión estrictamente empresarial para cambiar su rumbo porque se termina en estas cosas, aumentando el precio de los combustibles en función del valor del mercado.

No existe un gobierno que tenga déficit cero. Tampoco ese puede ser el objetivo de un gobierno, debe ser tener plata en caja para ayudar a que la gente viva mejor, a veces a costa del endeudamiento.

Pero siempre al momento de tomar una decisión hay que recordar la frase del célebre periodista fallecido,. Alberto Sonsol, «la gente quiere vivir». Y hay que ayudarla sobre todo a vivir sin sobresaltos. Más después de una pandemia que nos enseñó que tener plata en una caja no es lo más importante.

Esperemos que las subas queden por acá nomás.

Hugo Lemos

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