Esta noche oficialismo y oposición atentos a lo que diga Marset

Conteniendo el aliento, así pueden sentirse algunos de los que están contando los minutos para saber qué es lo que dirá el narco uruguayo más famoso de los últimos tiempos y que ha tenido en jaque al actual gobierno, Sebastián Marset, fugado desde que recibió un pasaporte para poder salir en libertad cuando se encontraba preso en Dubai, capital de Emiratos Árabes Unidos, donde cayó por haber viajado, en ese momento, con un pasaporte paraguayo falso.

Muchas son las conexiones que se investigan a raíz de este suceso. Pero su caso, que el Frente Amplio lo hizo sonar fuerte en todos lados y en cuanto medio de comunicación tuvo a su alcance, hizo caer a dos ministros, dos subsecretarios y tiene en la mira a varios jerarcas más.

Una cosa no quita la otra, el pasaporte fue legalmente entregado, ya que una ley sancionada en el año 2013, pleno gobierno de José Mujica, sancionada con las mayorías parlamentarias del Frente Amplio, habilita a que cualquier uruguayo que no tenga causas pendientes en el país, o sea en Uruguay y Marset tenía antecedentes pero no causas pendientes ni abiertas en Uruguay en ese momento, pueda acceder a un pasaporte.

Lo extraño de todo esto fue la forma en la que accedió a ese documento, tan engorroso de hacer para los propios uruguayos, pero de tan fácil acceso para alguien que estaba preso en Dubai, en Dubai que no es acá nomás, y que el gobierno sabía incluso, quién era el destinatario del mismo.

Pero acá hay varios responsables, primero el director de Cancillería y asesor de la CARU, Carlos Mata, también el entonces viceministro del Interior, Guillermo Maciel, ambos, Mata y Maciel conocían todo, y dijeron verse embretados por la ley del 2013. Y así se lo transmitieron al entonces canciller Bustillo, y a la entonces vicecanciller Carolina Ache.

Y el lío surgió porque fueron al parlamento a dar explicaciones de porqué le dieron el pasaporte al narco y en vez de ampararse en la ley, mintieron que no sabían de quién se trataba. Negando todo. Y no contaban con que Carolina Ache había guardado los mensajes. Por lo que le pasaron el fardo al asesor de la presidencia, Roberto Lafluf, que tiene vínculos con Paraguay porque trabaja en la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), cuya sede está en Asunción y como Marset también tenía vinculaciones con ese deporte, apuntan a que la posible conexión entre todo este lío, que tiene además al actual presidente del Club Nacional de Fútbol de Montevideo, Alejandro Balbi metido hasta el cuadril, e incluso con la Torre Ejecutiva, podría haberla hecho él.

Qué lío. Balbi además no supo explicar cómo siendo abogado de un capo narco, le cobra por sus honorarios, ya que se supone que al ser su cliente un prófugo de la justicia, tiene todos los bienes embargados y no puede hacer transacciones bancarias, y si le paga en efectivo, Balbi no puede defraudar al fisco y debe declarar esa ganancia para pagar impuestos, y si usó a un tercero, ese tercero comete un delito de encubrimiento. Y el lío sigue.

Hoy todos están esperando a ver qué dice en esa polémica entrevista que dio al programa Santo y Seña de Canal 4. La oposición para ver si confirma vínculos con el gobierno, como ellos han denunciado. El gobierno y el oficialismo, para ver si los nombra, así sea para salpicarlos y ensuciarlos.

Lo cierto es que hoy su palabra será importante y nadie querrá perdérsela, para que los que estamos abajo y por fuera de todas estas cosas, tengamos respuestas más claras a tanto lío que nos tiene a todos de espectadores.

Hugo Lemos

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