Información en redes y realidad en el ámbito de la consulta

Por: Dr. Óscar Mendoza Sabarros

En el amanecer de éste milenio, algunos colegas participamos de un taller, organizado por el Centro Médico – S.M.Q.S, dictado por la Prof. Alicia Canetti, Docente Grado 5 de la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, como parte de una instancia de formación Médica Continua.

Durante esa instancia, entre otros temas y mucho antes de la creación de nuestro Colegio Médico, se comenzaba con el uso de Internet, como herramienta de acceso a la información de manera universal, accesible tanto para los equipos asistenciales, como para nuestros pacientes.

Uno de los puntos estratégicos de aquel taller fue incorporar las herramientas para enfrentar el cambio del paradigma tradicional del manejo de la información, y del poder simbólico, del rol de la profesión en un modelo hasta entonces asistencialista y paternalista, dónde el rol de poder y de actuar como » Padre», recaía en la figura del Médico, sin espacio a la participación del paciente y su familia.

Esa accesibilidad al conocimiento, generó, cada vez con mayor frecuencia, que nuestros usuarios concurran a nuestras consultas, con una idea de que enfermedad padecen, los estudios que debiéramos solicitarle y la medicación que debiéramos recetarle.

Más a menudo de lo que nos gustaría, vemos algunas situaciones de enojo por parte de algunos colegas, con respecto hacia alguna mención de la búsqueda previa a la consulta por parte del usuario o sus familiares, más aun con respecto a los síntomas relacionados con alguna enfermedad.

Ese enojo, y el mantenimiento de actitudes paternalistas que irremediablemente terminarán con una experiencia insatisfactoria para ambos, en dónde seguramente ese paciente no desarrolle confianza en ese profesional, condición fundamental para llevar adelante cualquier relación interpersonal.

Por el contrario, decirle al usuario que es entendible su preocupación, que entendemos su ansiedad por un diagnóstico, es la mejor manera de desarrollar una relación médico- paciente- familia, de confianza, que permitirá que los acuerdos de las decisiones sean tomadas en los mejores términos, compartiendo información de calidad, y en un ambiente donde las expectativas del equipo asistencial, y del usuario y su entorno se planteen con sinceridad y adecuando las expectativas de ambos componentes a las situaciones que surjan en el proceso asistencial.

Es sumamente importante trasmitir a nuestros pacientes que no toda la información que se encuentra en la Red es científicamente correcta, y, que las Sociedades Científicas realizan consensos basados en estudios realizados en muchos países y algunas conductas de prevención e indicaciones de tratamiento se adaptan a las propias realidades regionales, dónde se tienen en cuenta factores modificables (hábitos de alimentación poco saludable, consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias, falta de ejercicio y recreación, que son perjudiciales para una Salud integral), y los no modificables, (sexo genético, edad, factores de riesgo que se heredan).

Así como “no todo lo que brilla es oro”, podemos afirmar que no todo lo que está en la Red es información de calidad. Para ello es fundamental entablar una relación bien encuadrada desde el comienzo, entre equipo asistencial – paciente – familia; esto será sin dudas, motivo de un mejor desarrollo del proceso asistencial, lo que determina en una experiencia satisfactoria para todos.

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