La masonería salteña celebra el Desembarco de los «33» que al parecer eran algunos más
El 19 de abril es una fecha patria para el país, recuerda una gesta patriótica por parte de un grupo de personas que llegaron al país, entonces Banda Oriental, para poder enfrentar el autoritarismo imperante en la región, buscando mantener la lucha iniciada por Artigas para lograr la independencia, en una revolución independentista que ya llevaba al menos 15 años.
El 19 de abril de 1825 Lavalleja y sus hombres embarcaron en San Isidro, localidad bonaerense ubicada sobre la costa del Río de la Plata, y avanzaron cuidadosamente por las islas del delta del Paraná, evitando la vigilancia de la flota brasileña. Por la noche, cruzaron el Río Uruguay en dos lanchas y desembarcaron en la Playa de la Agraciada en el departamento de Soriano.
«Allí desplegaron la bandera de tres franjas horizontales roja, azul y blanca, colores tradicionalmente usados desde los tiempos de Artigas. Los Treinta y Tres consiguieron atraer partidarios a la causa contra la dominación brasileña, y llegaron a sitiar a Montevideo el 20 de mayo de 1825, instalando en Florida un gobierno provisional que convocó a una elección de representantes», dice la historia.
«El 25 de agosto esta representación declaró la independencia de la Provincia Oriental con respecto a Brasil, así como la unión a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Al reconocer esta incorporación el 24 de octubre de 1825, el Imperio del Brasil les declaró la guerra en diciembre de ese mismo año», ratifican los textos de estudio.
«Este conflicto se extendería hasta el mes de agosto de 1828 y, tras una mediación del representante del Imperio Británico en el Plata, Lord John Ponsomby, la Provincia Oriental fue erigida en estado independiente tanto de las Provincias Unidas del Río de la Plata como del Imperio del Brasil, por medio del acuerdo conocido como Convención Preliminar de Paz, del 27 de agosto de 1828», señalan los textos.
Sin embargo, todos esos hombres y prohombres que marcaron jalones de la historia nacional tenían algo en común, la mayoría de ellos pertenecían a una cofradía que tanto en Buenos Aires, como incipientemente en la Banda Oriental, estaba presentes, y era la Masonería. La logia Lautaro en Buenos Aires de la Masonería argentina ayudó a su cofrade, Juan Antonio Lavalleja que vino junto un grupo de luchadores a los que se les pagó para llegar a estas tierras y empezar la lucha.
Aunque la historia habla de 33, los historiadores señalan que eran al menos 42, y que el 33 es el número simbólico de la masonería. Aunque esas discusiones quedan entre los historiadores y los masones, que en largas tenidas entre los templos, hablan de lo que fue o pareció ser.
En Salto, la Logia 63 «Julio Bastos» que opera desde los fondos de la Escuela Hiram en la calle Treinta y Tres Orientales (nada es casualidad, no se sabe si ellos eligieron el nombre de la calle en el año de 1856 cuando fundaron la logia en Salto y una escuela filantrópica para que actuara en su nombre, o si eso vino después) la cofradía celebró el Desembarco de los Treinta y Tres Orientales con una cena en la que además hablaron del tema.
Aunque a la duda siempre la plantó la historia y sus mil respuestas según quien las conteste, ¿eran 33?
Estimado «periodista», lamento informarle que no fue la Logia Lautaro ni ninguna otra Logia de la República Argentina, la carta patente de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay fue otorgada por el Gran Oriente de Brasil. Aprovecho la oportunidad para preguntarle si sigue con la costumbre de deambular por la calle Treinta y Tres Orientales, entre Uruguay y Artigas, para husmear quién entra a la Escuela Hiram y para comentarle que la Masonería no es secreta sino discreta, algo que, indudablemente, Ud. desconoce y por eso, supongo, no respeta.
jajaja un seudónimo, propio de una mente ínfima y miedosa