«La nueva política debe derrotar a la vieja»
(Espacio cedido a Juan José De Los Santos y Francisco Merino Roig integrantes del Espacio Malaquina)
Salto está en la “cruz de los caminos”, la ciudadanía debe resolver si quiere seguir transitando por los caminos que la han llevado a la actual situación de postración y desesperanza, o si quieren ponerse de pie y avanzar hacia el futuro de progreso y bienestar que ha sido el signo de su historia.
Las elecciones internas del mes 30 de junio del 2024, fueron claras en su mensaje: RE-NO-VA CIÓN.
En esa instancia central del funcionamiento de las repúblicas democrátcas, (que necesitan partidos fuertes para traducir la voluntad de la ciudadanía), las propuestas de renovación fueron contundentes.
Las dirigencias, lo interpretaron como se les dio la gana, naturalmente. Pero lo real y concreto es que todos los representantes de la vieja política fueron derrotados.
Naturalmente, no escucharon el mensaje, (en el Uruguay nadie se va para la casa, se ponen “corega” en los dientes postizos y siguen prendidos a los cargos), pero el mensaje fue claro y quienes lo interpretaron, y recibieron el apoyo de la ciudadanía, están en los primeros lugares de las preferencias populares.
Los derrotados, que no están luchando por el bien púbico, ni por las demandas de la ciudanía, ni por las causas nobles que siguen esperando que las asistan; sino por el dinero para ellos y para los «ñoquis», que con sueldos pagos por la ciudanía, hacen el trabajo de “punteros políticos” de sus mandantes, tratan con disimulo, de “renovar el vale” por cinco años más.
Lima, con el “demómetro”, haciendo a su hermano candidato a diputado, Albisu, encabezando todas las listas a la diputación de su sector; Coutinho, escondido en las suplencias de la lista “de prepo” de Bordaberry, con un candidato “vicario” que todavía tiene que explicar qué hizo con los $ 700.000 que le dio CTM de Salto Grande vía Centro Comercial.
Frente a ese panorama de la Vieja Política, (del amiguismo corrupto y del reparto del dinero público para los “militantes”; hoy se presenta firme y sin nada que ocultar, una propuesta de renovación verdadera para que Salto recuperó su histórica vocación de liderazgo progreso que merece.