La vacuna y el negocio
La vacuna contra el Covid 19 no significa absolutamente nada. Nadie se va a salvar por ser inoculado ya que la misma puede llegar a tener efectos que inmunicen a la gente por un período de 8 meses a 1 año, o de lo contrario efectos secundarios que pueden causar hasta la muerte.
Cómo sea, la compra de vacunas es un gran enjuague entre los gobiernos y la industria farmacéutica de la que hoy conocemos hasta el nombre. Y ojo que no me refiero a que el gobierno uruguayo esté entrando en un negocio oscuro por una cuestión espuria, sino que la marea lo arrastra a tener que conseguir un producto farmacéutico porque se ha generado una epidemia de gripe, que han transformado a través de intereses ecómicos y de poder a nivel global en pandemia y que nadie sabe su origen ni cómo se comporta, lo que suena mas raro todavía.
Seguramente sea un virus de laboratorio pergeñado por grandes intereses mundiales para eliminar a los más débiles de la población mundial y lograr el control de la misma, cómo los obesos, los que tienen patologías crónicas, los que consumen sustancias tóxicas, etc. O capaz eso sea una locura, pero como es tan raro, sospechoso y hasta inverosímil lo que vivimos a diario con esta enfermedad catalogada de «pandemia», que nos ha hecho glorificar hasta el más anónimo de los científicos, y saber cómo se pronuncia una multinacional farmacéutica, que ahora pasan a ser los buenos de la película porque nos quieren vacunar a todos. Pero todo sigue siendo muy raro. Y sospechoso.
Encima el presidente Lacalle Pou anunció que posponía por unas horas sus sagradas vacaciones de fin de semana en su casa personal de La Serena, a pocas cuadras de La Paloma, porque tenía que anunciar como un trofeo que cerró el negocio que la europea Pfizer y la china, cuando no los chinos metidos en todo, Sinovac, que nos metieron miles de vacunas.
No sé, por ahora yo sigo de tapabocas y uso alcohol en gel, no vaya a ser que la vacuna solo me deje más gripe que el propio coronavirus. Pero cada uno que elija.
Hugo Lemos