Néstor Albisu, el hombre altruista

Néstor Albisu era una persona que inspiraba confianza. Con valores y principios bien plantados, siempre afable y dispuesto a escuchar, nunca te iba a dar la espalda, siempre iba de frente.
Lo sentí nombrar cuando yo tenía 13 años de edad, él era jefe de policía de Salto, designado por el gobierno de Lacalle Herrera.
Dentista de profesión, siempre sirvió a todo aquel que lo necesitaba, no le miraba el bolsillo y por eso, a decir de su propia familia, pudiendo acomodarse cómo quisiera, «se jubiló en la hora».
Se casó con Juana Emed, una mujer formidable que porta siempre una sonrisa, colaborativa, altruista y benefactora en todo lo que está a su alcance. Siempre tuvo una vida junto a Néstor con quién pasaron de las buenas y de las otras.
Él me contó anécdotas muy buenas con Juanita, cómo le decía, en Buenos Aires, dónde descubrieron un espacio masónico al fondo de un comercio, eran años turbulentos.
Néstor fue grado 33 de la masonería en la Orden 63 Julio Bastos de Salto y tenía miles de historias.
En el 2008 estuvimos juntos, cuando él era el Venerable Gran Maestro de la Orden, durante más de tres horas donde me dio una clase de historia formidable sobre la logia y sus principios.
Tuvo un solo hijo, Carlos, o como todos lo conocemos, Carlitos, quién ha sobresalido en su profesión médica como otorrinolaringólogo, por ser un médico que atiende a quien lo necesita, sin pedirle nada a cambio, algo que aprendió de su padre.
Néstor llegó al ocaso de su vida luego de una destacada y dedicada vida a ser parte de una comunidad en la que creía con principios democráticos y valores caros como la honestidad, la humildad y el altruismo.
Será siempre recordado por la sociedad de la que supo formar parte.
Hugo Lemos

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