¿Qué se podía comprar hace 50 años y ahora con un sueldo mínimo?

Ismael Grau es el editor de Economía del Semanario Búsqueda. Periodista especializado en la materia desde hace varios años, ha sido el referente en la información económica a lo largo de los últimos tiempos.

En una carta de noticias, o newsletter como se dice ahora, enviada a mi correo electrónico, pude leer datos que aparecen como estadísticos porque hablan mucho de lo que está pasando con nuestro bolsillo. El cambio en el acceso a bienes y servicios a lo largo de los años es una información que desnuda la calidad de vida de los uruguayos.

A mediados de 1975 empezó a regir el “nuevo peso” (que existió hasta 1993, cuando nació nuestro actual signo monetario, el “peso uruguayo”). En promedio de aquel año, el salario mínimo nacional —la mejor referencia del ingreso familiar que encontré para este análisis— era de $ 165,2 mensuales.

Según los precios —también promedio— de 1975, ese salario podía comprar, por ejemplo, 138 kilos de asado (que costaba $ 1,2 el kilo) si se lo destinaba íntegramente a ese rubro, o 243 kilos de arroz ($ 0,7), o 393 litros de leche ($ 0,4) o 116 docenas de huevos ($ 1,4).

El salario mínimo mensual con vigencia para 2025 es de $ 23.604 (pesos uruguayos). Tomando como parámetro precios que extraje del Sistema de Información al Consumidor del Ministerio de Economía y de los publicados en sitios web de supermercados y tiendas de especialidad, ese monto alcanza para comprar menos asado (unos 66 kilos) que hace 50 años, pero más arroz (337 kilos), leche (537 kilos) y huevos (187 docenas), si se gasta todo exclusivamente en cada uno de estos productos.

En cuanto a la vestimenta, el salario de 1975 permitía adquirir siete camisas de vestir de hombre ($ 25), frente a 26 que se compran con el mínimo de ahora; “zapatos de señora” —como consigna el Anuario— podían comprarse seis pares, aproximadamente lo mismo que en 2025 (tomando una referencia, a mi criterio, intermedia).

Alquilar una vivienda en aquel año de la década de 1970 salía $ 174,8 mensuales, por lo que el salario mínimo de entonces no permitía costearlo; según el INE, en noviembre de 2024 el valor promedio de un arrendamiento fue de $ 20.048, por debajo de lo que fija la ley como remuneración mínima.

En 1975 se podían comprar 612 boletos de ómnibus, que, en dinero contante y sonante, vendía un guarda a un valor unitario de $ 0,3; con el salario actual es posible adquirir 482 si se pagan pasando la tarjeta STM por la máquina que sustituyó al guarda. Son otros tiempos para el trabajo, un tema que abordaré en futuras ediciones de la newsletter.

Electrodomésticos y diversión

También es una época diferente en el rubro de los electrodomésticos, que en el pasado hasta eran símbolo de estatus para una familia.

Comprar una cocina en 1975 costaba $ 321,1, el equivalente a dos salarios; el sueldo mínimo mensual actual alcanza para adquirir casi dos. En aquel año se podían comprar cinco planchas ($ 30) y ahora 20 (de las vendidas a $ 1.170 por alguna cadena supermercadista). Y antes había que juntar la paga de cinco meses para acceder a una televisión, un aparato de mucha mayor calidad tecnológica que hoy se compra dedicando aproximadamente 1,3 salarios mínimos (siempre según cuál se elija, porque la oferta es amplia).

Otro rubro en el cual hubo cambios en el poder adquisitivo relativo al salario mínimo fue el del esparcimiento.

En 1975, a un precio de $ 0,50, se podían comprar prácticamente el doble de diarios que ahora (tomando como referencia el precio en el quiosco del ejemplar de entre semana de El País). Entonces, un salario adquiría 132 boletos de cine y 116 entradas al estadio, frente a unas 34 y 47 en un presente en el que las películas y el fútbol están accesibles, incluso, desde el celular. Vivimos otra época, que revaloriza a aquellas queridas tías.

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