Tras el incendio en La Amarilla volvieron a levantar su casa, ahora esperan por el agua
María vive en el barrio La Amarilla desde hace varios años junto a su compañera. Fueron unas de las víctimas del incendio de cuatro viviendas en ese lugar ocurrido en el mes de noviembre, la situación causó conmoción en la comunidad por la magnitud del siniestro, pero además, por la situación que les tocó vivir a todos ellos, donde niños, niñas adolescentes, mujeres y algunos hombres quedaron sin nada en pocos minutos.
Pero ellas no se amilanaron y buscaron la manera de salir adelante. Encontrando la solidaridad de un empresario local y de algunas otras personas, así como de algunos representantes de la Intendencia que se acercaron al menos para tomar nota de lo ocurrido, las últimas semanas fueron de mucho trabajo y sacrificio. También el Ministerio de Desarrollo Social les acercó canastas ese día y luego «no volvieron más, tampoco lo hizo la Intendencia», dijo María.
Consiguieron ladrillos, materiales y otros elementos con los cuales pudieron volver a levantar su casa, que pasó de ser una vivienda precaria a una con materiales más sólidos. también señalaron que con la ayuda desinteresada de una Brigada Solidaria del Sindicato de la Construcción (SUNCA) y en el caso de otra vecina, con el apoyo de efectivos del Batallón Ituzaingó, pudieron levantar rápidamente sus respectivas casas.
Ahora, van por conseguir integrarse definitivamente a la red de suministro de agua potable y luz eléctrica, algo tan elemental como carente en toda esa populosa zona de la ciudad.
Las autoridades de OSE consultadas por laguardia al respecto, señalan que «el problema es que la Intendencia debe regularizar la situación del barrio, una vez que lo hagan, nosotros podemos contemplar las solicitudes de los vecinos y así conectarlos a la red de suministro».
Pero desde la comuna se entiende que eso es «solamente un trámite, nosotros lo vamos a hacer en estos días y esperamos que después que lo hagamos, la OSE venga y les conecte el agua potable a los vecinos», dijo el intendente Andrés Lima en más de una oportunidad.
Mientras tanto son los vecinos los que están en el medio de esta situación. Al ser consultados sobre este tema en particular dijeron que «atravesar la ola de calor que estuvimos viviendo hace pocos días fue desesperante. Llegar a tu casa de trabajar y encontrarte con que no tenés una gota de agua para lavarte las manos es tremendo. Y eso que en nuestro caso no tenemos hijos, pero yo veo a los niños que andan en la calle acá en el barrio y pienso en la desesperación de ellos, porque no tienen más que alguna botella juntada la noche anterior para tirársela encima y aliviarse un poco», contó María.
«Lo mismo con los animales, nosotros le ponemos un tarrito de agua a esos pobres perritos que andan deambulando de un lado al otro sin poder tomar agua, y lo mismo nos pasa a la gran mayoría de los vecinos de esta zona, algunos que pueden y tienen tiempo se han ido a pasar el día al lado del río, porque no les queda otra, pero en nuestro caso no podemos porque trabajamos todo el día. Nosotros tenemos voluntad de pago, somos trabajadores y queremos tener el derecho a acceder al agua potable, es un derecho que tenemos, pero que por ahora nos lo niegan», afirmó.
Cabe consignar que el día que se registró el incendio, los funcionarios de Bomberos tuvieron dificultades debido a que en el lugar no existe una red de suministro a la cual acudir en apoyo a los tanques que cargan los camiones de Bomberos, y fueron apoyados con vecinos como pudieron.
Ahora, con la casa bastante avanzada y con detalles por terminar, María espera con más esperanza que la Intendencia por un lado y OSE por otro, les cumplan su derecho de acceder al agua potable.