Un descuido imperdonable
Este martes 9 de mayo, la comunidad católica celebró los 35 años de la visita del Papa Juan Pablo II a Salto. En esa oportunidad, se trató de la llegada de una personalidad mundial, el líder de la Iglesia Católica en el mundo que pisaba estas tierras para encontrarse con su grey y con feligreses que llegaron desde distintos puntos del país y la región.
Hoy sin embargo, la fisonomía del lugar ha cambiado mucho, de parque Matos Neto, el mismo se ha convertido actualmente en un barrio residencial con calles exclusivas y casas de alto valor, pero lo que ha dejado de tener valor, al parecer, es ese sitio que siendo un espacio histórico para el departamento, está sucio, derruido, descuidado, roto y parece más un sitio baldío, que un lugar de recordación y de orgullo para Salto.
No está iluminado, el entorno natural no está en condiciones y los monumentos que alguna vez se pusieron no lucen para nada. Además, los bancos hasta rotos están sin que al parecer nadie se dé por enterado.
Los vecinos del lugar, solamente rodean el entorno con altos muros para separar bien sus casas de alto costo de ese espacio público.
La Iglesia Católica no ha conformado ni siquiera una comisión que intente encargarse de darle valor a un espacio que tiene un alto significado para esa institución y la Intendencia bien que podría colaborar, o impulsar un grupo de trabajo en conjunto con interesados para mantener ese espacio en condiciones y hasta si hubiera una política de turismo desde el gobierno, impulsarlo como sitio histórico y turístico como un atractivo más, pero en este caso, difícil que el chancho chifle.
Ojalá alguien se de cuenta, porque así como se ve la cosa, esto es un descuido imperdonable por varios sentidos, pero por sobre todas las cosas por la falta de puesta en valor de un espacio público que debería ser motivo de orgullo de todos los salteños.
Hugo Lemos
