Un tren que no pueden dejar pasar
Dos salteños en cargos de alta responsabilidad tienen la oportunidad histórica de hacer cosas importantes para el departamento, para el país también, pero sobre todo para el departamento.
La semana pasada el presidente de la CTM de Salto Grande, Carlos Albisu y el actual vicecanciller de la República (subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores) Nicolás Albertoni, mantuvieron un encuentro que en principio fue de saludo y camaradería, pero que bien podía haber dejado algunos deberes para ambos.
Sobre todo, teniendo en cuenta que Salto Grande es un organismo internacional cuyo funcionamiento pasa por la mirada de esa cartera y que además el compromiso del «desarrollo regional» que se impuso la actual administración de la Delegación del Uruguay en la CTM, tiene un pie fundamental en las políticas de integración regional que debe abordar el gobierno.
No sólo para concretar la venta y producción de energía (objeto de la existencia de esa represa) a otros países y generar intercambios sobre tecnología y políticas ambientales, sino además para que ahora sí, con un subsecretario también salteño, número 2 en importancia dentro del Ministerio, se pongan arriba de la mesa los intereses de esta región del país, que en las últimas décadas han sido postergadas.
Ahora si con dos salteños en puestos claves no somos capaces de generar condiciones favorables para la región y elaborar políticas de Estado para que trasciendan gobiernos, estamos dejando pasar un tren muy importante y es el que debe tener como destino acciones tendientes al progreso y prosperidad de nuestros pueblos.
Tanto Albisu como Albertoni tienen en sus manos una responsabilidad histórica, que no sabemos si se volverá a cumplir en futuras administraciones y eso debe ayudar a pensar diferente.
Los dos ya trabajaron juntos hasta ahora, porque Albertoni era el secretario general de Salto Grande, cargo que además es clave en las líneas de interrelación institucional y que Albisu deberá llenar con alguien que además de capacidad tenga talento diplomático; por tanto ese conocimiento ya existente entre ambos, debe generar que los dos aprovechen sus cargos para hacer algo productivo por el país más allá de la foto.
Y todos esperamos que sí puedan hacerlo.
Hugo Lemos