Con el cierre de fronteras, ganaron los dos

Los comerciantes del litoral del país han tenido un buen año en materia de ventas, y aunque si bien todavía no cuentan con una evaluación concreta sobre cuánto fueron las ganancias que les dejó el 2021, estiman que las ventas fueron en alza en todos los rubros debido al cierre de las fronteras entre Uruguay y Argentina, que opera en esta zona del país desde marzo del año pasado, por la emergencia sanitaria.

Según dijo varias veces el presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto, Ricardo Paulino, las medidas adoptadas por los gobiernos de cerrar el paso por el puente de la represa de Salto Grande, «favorecieron en cierta medida a los empresarios locales porque pudieron vender más a los distintos comercios de plaza».

Uno de las razones, es que esto se produjo sin tener que lidiar con el pasaje masivo de salteños al otro lado del río, para buscar precios más baratos y tampoco, o al menos eso se pensaba, se enfrentarían al pasaje de mercadería hacia la margen uruguaya para nutrir a los puestos del denominado Paseo de Compras, popularmente conocido como el Bagashopping de Salto.

Por otro lado, las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional para favorecer a los comercios del litoral del país han llegado a generar algunos efectos positivos, pero al parecer «muy leves», señalaron a Laguardia aa algunos de los beneficiarios; ya que aducen que las mismas no son de mayor impacto, salvo el descuento en la compra de las naftas que implica un 24% menos de su valor por litro en la compra con tarjetas en las estaciones de servicios de Río Negro hasta Salto.

Pero que los comercios formales ganaron con el cierre de fronteras no hay duda, ahora de lo que tampoco surgen dudas es que los denominados comerciantes informales, conocidos como «bagayeros», también ganaron, ya que una serie de procedimientos de la Aduana y la Prefectura dejó en evidencia que la mercadería argentina siguió ingresando al país por el río Uruguay mediante embarcaciones que son utilizadas por los contrabandistas para traer de todo, y dejarlo en la costa salteña donde vehículos con las luces apagadas y ocultos entre los árboles, esperan para recoger lo que llega desde el otro lado hasta la orilla en bolsas cerradas pero repletas de artículos de distinto tipo que se venden acá.

A esto, se le suma el incremento notorio de puestos en el Paseo de Compras, lo que determina que las ventas de mercadería extranjera sigue campante con puestos que abonan una renta por ese espacio al Club Ferro Carril de Salto, ya que se encuentran ubicados en sus predios. Pero hay más, los contrabandistas, que distribuyen la mercadería entre varios de los puestos del Bagashopping, también la dejarían en algunos comercios de plaza, que venden a precios «uruguayos» lo que traen del otro lado.

Pasa lo mismo con los bagayeros, cuyos puestos ofrecen muchas veces mercadería ingresada de contrabando a precios que no están lejos de los que pueden verse en las góndolas de los supermercados del centro de la ciudad salteña. Aunque la gente sigue yendo a comprar al Paseo de Compras por el cliché de que «en el bagashopping, todo es más barato».

Así las cosas, comerciantes formales e informales han tenido un buen nivel de ventas en función del cierre de fronteras durante el año 2021 y ahora ven con cierta expectativa lo que pueda ocurrir con el regreso paulatino al pasaje habitual por la frontera de Salto Grande, donde las medidas de cupo ya fueron levantadas aunque los requisitos sanitarios no permiten un cruce masivo por los costos que imponen y que amilanan el tránsito por un puente que une a dos ciudades y que siempre estuvieron ligadas por un tema común, el contrabando.

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