El recuerdo al Súper Gringo
A finales de los años 80, a la salida de la Escuela 2, en la calle Bilbao entre Uruguay y Brasil, aparecía un carrito que se desplazaba a pedal ya que había sido construido con una bicicleta. De color beige pero con un dibujo pintado que generaba atraccción para los que lo veían, podìa leerse en letras cursivas Super Gringo.
La referencia era al pancho que se vendía allí y su simpático vendedor, Heber «Serra», conocido como el «Gringo» por el tamaño del frankfurter que ofrecía «con todos los gustos» se había ganado la buena fama de quienes deseaban saborear su elaboración.
Pasaron los años y su negocio tuvo varios avatares, pero nunca dejó de funcionar hasta que en las últimas horas, Serra, el Gringo para quienes de adolescente le conocimos, dejó de existir.
Tesonero, luchador y buen vecino, todos lo recordaremos por habernos dado la posibilidad se saborear sus exquisitos panchos a toda una generación. Que en paz descanses Gringo.