En el Día del Periodista

El Día del Periodista es un momento para reflexionar sobre la tarea que hacemos.

Si la hacemos bien, mal o más o menos. Si realmente nos preocupamos por la comunidad de la que formamos parte, por los derechos que tenemos los ciudadanos y por nuestra misión de informar a todos los que necesitan ser informados.

En el periodismo hay de todo. Hay buenos y malos periodistas. Están los que trabajan por un sueldo y cumplir un horario, y cuando termina el mismo se van a la casa, los que realmente quieren hacer periodismo y están pendientes de todo a toda hora y los que informan algo cada tanto, porque ni fu ni fa, están porque le sacan el jugo a algún político o a algún empresario para teledirigir sus mensajes.

Pero la gente se da cuenta, la gente no es tonta y sí que se da cuenta.

Errores tenemos todos, todos los días. Pero intencionalidad espuria solo unos pocos.

El Día del Periodista es también el Día en el que te saludan hasta los que hablan mal de tu trabajo y tu persona el resto del año.

Es el Día en el que también pasa que no te saludan los que realmente son tus enemigos y quieren que te vaya mal, y hasta hacen lo posible porque eso pase. Conspiran, te tiran cáscaras de banana y quieren joderte como pueden para poder señalarte públicamente.

Si bien los políticos y los periodistas están muchas veces en un mismo escalón de la cadena social, no son lo mismo, pueden ser parecidos, pero no lo mismo.

Los políticos se supone que quieren el bien común a través de hacer gestiones públicas, para eso deben pasar por un proceso de aprobación popular y su vinculación con los medios de comunicación es clave para amplificar su propuesta y hacer que la misma se conozca.

Luego llegan a un sitial de privilegio, donde ganan sueldos elevados y en muchos casos en exceso comparado con su productividad.

En cambio los periodistas cuestionan, preguntan, analizan, se forman y se educan para mejorar sus métodos de trabajo, no ganan sueldos u honorarios elevados, y siguen con el tiempo sin importar quienes son los gobernantes de turno.

Pero los intereses y los valores son diferentes. Hay de los que vulneran esos valores de un lado y del otro. Pero los dos son diferentes.

Por eso no me pareció adecuado ni acorde ver políticos izando los pabellones en el acto del Día del Periodista. No creo que si alguna vez existe el Día del Político, la Asociación de Políticos de Salto nos invite a los Periodistas a izar los pabellones. Faltó que hablaran.

Esto no es ir contra mi buen amigo y querido colega Juan Vicente Román, a quien le reconozco su gran profesionalismo y su incansable trabajo por dar voz a los que no la tienen. Simplemente me permito opinar desde este espacio.

Tampoco entiendo cómo el diputado Rodrigo Albernaz de Cabildo Abierto estaba presente. Cuando es un atacante de medios y periodistas, sobre todo del nuestro al que acusó reiteradamente de «operar sistemáticamente en su contra», atribuyéndonos intencionalidad espuria e insultándonos públicamente. Encima estaba en el acto diciendo Feliz Día. Un chiste de mal gusto aunque la libertad es libre.

Y sobre lo que me preguntaban algunos, la Asociación de Profesionales de la Comunicación (la querida APC), no es un sindicato, es una organización que nuclea a todos los comunicadores del medio, también a los dueños de medios de comunicación.

Por eso su directiva entendió oportuno darle la palabra a la directora de diario El Pueblo, Adriana Martínez, por más que no sea periodista ni empleada, dirige y administra un medio de comunicación.

Quizás, hacer el descargo sobre un tema particular de su empresa y no sobre la realidad global que atañe al conjunto de los periodistas que tienen severas dificultades salariales y demás a nivel general, fue lo que llamó la atención.

Pero dentro de todo en su empresa también hay periodistas y en último caso su reclamo de apoyo económico va dirigido hacia la protección del salario de los que allí están.

En definitiva, creo que esta jornada debe servir para reflexionar muchas cosas, sobre todo lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal. Porque para ser buen periodista hay que serlo, dando a conocer lo que la gente tiene que saber.

Sin dejar de saludar a nadie en particular, hago mención al querido amigo, Juancho Ambrosoni, que un día como hoy, cuando venía de cumplir con una cobertura periodística, sufrió un accidente que a la postre le costó la vida. Aunque siempre está presente.

A los periodistas, Felíz Día

Hugo Lemos

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