Los políticos, la prensa y el rol de cada uno

Los políticos tienen que aprender que cuando la prensa cuenta lo que ellos hacen, si hay algo malo, solamente deben enojarse con ellos mismos por hacer lo que hicieron y porque le dieron letra a la prensa para que lo cuente.

Pero eso parece que no está escrito en el manual del buen político. No lo dice en ningún lado, entonces ellos creen que si un medio de comunicación señala tal o cual acción de un político, el mismo tiene derecho a pedirle al medio que no publique esa información y encima enojarse con éste o con sus periodistas.

Hace poco, una dirigente blanca, me dijo que otro dirigente o ex dirigente (porque su grupo prácticamente ha desaparecido) que es colorado y de Salto, pero que trabaja con ella en un organismo paraestatal, estaba enojado con nosotros porque habíamos dicho cosas que ese político y su empresa estaban haciendo, y que si bien son legales, sin dudas que éticamente son reprobables.

Pero el hombre se enojó con nosotros, no con él mismo por hacer lo que está haciendo, que además lo sigue haciendo.

También pasa con otros políticos, que se han enojado porque se critique su accionar ya sea en Salto Grande o en la Intendencia de Salto. Parece que si uno cuenta lo que hacen en la represa, es porque «juega» para el Frente Amplio y si por el contrario, cuenta lo que hacen en la Intendencia, «juega» para los blancos, ni siquiera para la coalición multicolor, lisa y llanamente «para Albisu» y ni siquiera para el Frente Amplio, directamente «para Lima».

Uno puede suponer que hay una susceptibilidad a flor de piel, pero también debe saber y darse cuenta qué es lo que está pasando cuando hay ese tipo de señalamientos y cuestionamientos hacia los periodistas. Lo que hay, no es otra cosa que una ignorancia supina de cómo funciona el periodismo, pero también una real malicia por parte de los dirigentes políticos, que creen que por poner una publicidad en un medio o pagar un espacio para publicar sus temas, «los periodistas deben jugar para ellos».

Lo último que nos pasó, que no sé si pensar que es gracioso o tragicómico, fue que cuando contamos que un diputado (el de Cabildo Abierto, Rodrigo Albernaz), se trajo una ambulancia de ASSE desde Montevideo, porque creyó que podía ir y agarrar nomás un bien público que es de todos y sin siquiera ser funcionario del organismo, y la mandó a arreglar a un taller que él mismo eligió, sin hacer un llamado a precios para que todos puedan participar de la oportunidad de hacer un trabajo para el Estado, una cosa que no tiene nombre, nos han acusado de todo.

Desde que operamos para que nunca más gane nada, trabajo que está haciendo él solito nomás, o de que nos paga Carlos Albisu, con el cual no hablamos desde la conferencia de prensa donde presentó la renuncia a Salto Grande y mucho menos nos manda dinero, o incluso Andrés Lima, que según nuestros cuestionadores más duros, es el que «lo tiene en la mira (al pobre Rodrigo, dicen ellos), hace rato.»

Pero lo peor de todo, fue decir que ese trabajo lo pagaba otro y encima se borró, se fue, desapareció, no pagó más la cuenta. Y ni siquiera habló con esos «otros» que eran nada menos que ASSE y la CTM de Salto Grande, para que pagaran. Porque tanto desde ASSE como desde la CTM se deslindaron públicamente de los dichos de Albernaz, diciéndole que ellos no hacen convenios con particulares, por lo cual, mal podrían haberse obligado a pagar el trabajo de reparación de una ambulancia.

Encima ASSE, cuyas autoridades hablaron con laguardia y nos dijeron que lo más preocupante será saber cómo un diputado se llevó una ambulancia del depósito, además sin avisarles, porque ellos afirman no estar al tanto de nada, es la que debe hacer frente al reclamo de los talleristas.

Incluso, el señor Albernaz salió a querer controvertir la palabra de cuatro conocidos, serios y responsables empresarios talleristas del medio, que lo único que reclaman es que, el que les llevó trabajo, lo pague como corresponde.

Si esta clase de políticos es la que quiere seguir al frente del gobierno, lamento pagar mis impuestos cada mes con tanto esfuerzo para darle dinero a sus bolsillos, porque si hay alguien que no merece recibir nada del Estado, es esta clase de personajes políticos que seguramente pasarán al olvido.

Los políticos deben hacer lo que se comprometieron en campaña y hacer gestiones para el bien de la población. Y la prensa debe informar todo lo que hacen y todo lo que pasa y en todos lados. No puede dar medias verdades, ni tapar el sol con el dedo, porque eso deja en evidencia a los que son periodistas de los que no lo son.

Y después nos quejamos de que la gente no crea en el sistema de partidos ni en sus candidatos y pida que vengan los Mileis.

Hugo Lemos

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