Qué hacemos para frenarla

Las pérdidas anunciadas por el sector turistico en las últimas horas han sido elevadas y generan un impacto en momentos donde la situación no es fácil para nadie.

Estamos atravesando tiempos de incertidumbre, de afectación del clima de negocios, de deterioro de las relaciones laborales, de falta de funcionamiento del país y la única prioridad en este momento pasó a ser la salud de la población.

Pero de igual manera las vidas de las personas siguen intactas y mucha gente quiere volver a sus rutinas habituales, a las que los mantienen vivos, a ejercer sus profesiones, a desarrollar sus actividades, lo que al verse truncado, impacta negativamente sobre la mentalidad de la población y eso termina generando otro tipo de enfermedades, las mentales, causadas por el stress y la depresión.

Uruguay está pasando su peor momento con respecto al coronavirus. Todos estamos preocupados, pero a medias, porque nos cuesta adoptar las medidas adecuadas para evitar que el virus se propague y evitamos acatar las recomendaciones de las autoridades que nos parecen demasiado severas.

Si hay restricciones nos quejamos, si no podemos aglomerarnos nos quejamos y si tenemos que quedarnos en casa y no salir a la calle ni a trabajar, algo que es complejo porque se vuelve necesario, también nos quejamos.

Entonces debemos buscar un equilibrio, nunca más a tiempo, para ponerle un freno a las cosas y pensar qué estamos haciendo con nuestra vida. Y cómo estamos aportando para que la sociedad se calme, baraje las cartas y empiece de nuevo.

El único tema acá, es que realmente queramos hacerlo.

Decenas de muertos por día y miles de contagios a diario nos lo están diciendo. Y si no frenamos la pandemia, la meta de volver a la normalidad, nueva o vieja, está cada vez más lejos.

Hugo Lemos

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