La Central Hortícola de Salto

Dr. Pablo Vela

Luego de 3 llamados desiertos para ocupar puestos en la flamante obra pensada (¿?) para nuclear a los productores de Salto, el Intendente de Salto Dr. Andrés Lima nos vuelve a sorprender al anunciar en simultáneo que estaba corriendo un nuevo plazo para interesados en instalarse en la obra millonaria recientemente finalizada (¿?) pero también que enviará un proyecto de Decreto departamental para que sea tratado en la Junta Departamental de Salto a los efectos de crear una zona de exclusión alrededor a la obra mencionada.

En síntesis: se instalan por las buenas o por las malas, ante el fracaso de los llamados anteriores, cual dictador ajeno a las necesidades y posibilidades de sus gobernados y “decretazo “mediante, impone una situación que perjudica a productores y consumidores, además de los puestos de trabajo que probablemente también impacte, siendo más los daños que los beneficios.

El gobierno nacional tampoco puede salir ileso de ésta situación porque en definitiva se dejó envolver por un cuento que carecía del principal ingrediente: las opiniones de quienes viven a diario situaciones en el actual “Mercado de frutas y verduras”.

Hoy, con mucho pero mucho dinero enterrado en esa obra inútil, el intendente recurre a una maniobra dictatorial, imponiendo condiciones deplorables (económicas y físicas) a los productores.

La obra que hoy obligan a ocupar a los productores salteños no tiene las condiciones mínimas para trabajar allí diariamente (hasta se nos dice que deberían “entrar en algún gasto para hacer los puestos más viables”); no contempla las altas temperaturas, ni las bajas temperaturas, ni el viento o la lluvia, ni las distancias, ni los espacios.

Charlas con algunos productores parece algo mínimo o insignificante pero fue lo que no hizo el gobierno departamental de Lima para proyectar la idea. No se consultó a los que viven diariamente de la actividad que hoy se quiere regular, ¿existe algún descuido más grande para un gobernante que no escuchar al vecino que vive el día a día de la situación que se quiere reglamentar? No, no existe error más grande.

Además de los costos que se pedían desde un principio, que fueron bajando pero aún son muy altos y de una falta de conocimiento tremendo de la situación del productor local nos enumeraban otras deficiencias:

  • las superficies de los puestos son pequeñas para el trabajo que acarrea la compra venta de frutas y verduras generando de alguna manera la necesidad de ocupar dos puestos (duplicando el costo)
  • se nos dice que la zona de “refrigeración” se estableció a unos 200 metros de los puestos con lo ridículo que suena hasta para alguien que no frecuenta esos lugares, es decir, para mostrar el producto se debería hacer esa cantidad de metros, imagínese si consulta en 5 puestos, allí ya estaría haciendo 1000 metros y tal vez no se concreta ninguna venta, todo muy cómodo ¿no?
  • los ítems anteriores derivan en la incorporación de más personal que visto desde el punto de vista de fuente de empleo sería sensacional pero ¿cuántos productores hortícolas podrían implementarlo y, sobretodo, luego sostenerlo en el tiempo?, según lo que recabamos sería otro ingrediente a la grave situación del desempleo que vive el departamento.
  • Preocupa también la distancia a la que se obliga hacer al interesado salteño en comprar, ¿quién en su sano juicio agregaría realizar decenas de kms diarios por motus propio encareciendo el negocio? Cuesta entender que alguien con las herramientas, los recursos humanos y los recursos económicos que tiene el intendente de Salto, pudiera fallar nuevamente al momento de utilizar los recursos públicos generando una obra inviable e inutilizable.

  • Así como también cuesta entender que el Gobierno Nacional se deje engañar de una manera tan infantil, tan boba, siguiendo en el proyecto sin hablar con los horticultores. Ahora tienen la palabra los ediles. Una mayoría simple le alanza a Lima para obligar a miles de salteños a gastar más. Habrá que estar atentos a esa votación para que luego sepan los salteños quien piensa realmente en los salteños y quien no.

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