Murió Nora Elena, la esposa del Chumbo, con quién juntos eran los emblemáticos «Curbelitos».
Siempre juntos a la par, en equipo, eran infaltables en cada celebración, en cada momento festivo, con su particular impronta y con su forma de mirar la vida.
Eran los personajes infaltables del carnaval, pero también los de los actos políticos, los de los eventos en los espacios públicos y los de los festivales de barrio.
Pero un día Chumbo emprendió la retirada y sin avisarle mucho a su fiel compañera de vida, se fue a cantar a otros lugares.
Pero ella no soportó su partida y aguantó poco su ausencia, por eso en las últimas horas se fue a buscarlo.
Con su partida, Nora dejó no solo el recuerdo de su presencia, algo que era inimaginable sin su dos, sin su compañero de ruta, si no que enseñó que cuando el amor es verdadero no importa como se vive, sino que no se puede vivir sin estar cerca de su amor verdadero.
Fueron al final, una enseñanza para la vida.