Tensa calma sobre la represa

Una tensa calma es la que viven por estas horas las designaciones directas de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, así como también, los integrantes de la Delegación del Uruguay, que no saben si van a seguir trabajando en la represa a partir de los próximos días, si les cambia la naturaleza contractual y se quedan hasta el año 2025 o si definitivamente no pasa absolutamente nada y se quedan hasta el día de su jubilación en ese lugar.

Lo cierto es que la situación de inestabilidad que dejó la interpelación del pasado 3 de octubre, donde la Cámara de Diputados por absoluta mayoría votó una moción donde pide que renuncien los 36 cargos que ingresaron de forma discrecional a trabajar en la Delegación del Uruguay de la CTM, así como también las palabras del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, que en Colonia Lavalleja el miércoles, no dijo nada sobre el futuro de estas personas, cuya mayoría son dirigentes y militantes políticos de su sector, generó cierta confusión, pero sobre todo incertidumbre, en saber cómo se sigue.

Mientras desde el Frente Amplio se frotan las manos e insisten en el que «se vayan todos», así como también lo piden algunas voces nacionalistas como las de los senadores blancos Jorge Gandini y Sergio Botana, a las que se ha sumado Cabildo Abierto con una serie de epítetos pronunciados por el diputado de ese partido, Rodrigo Albernaz, contra sus socios nacionalistas de la coalición, con todo, las cosas siguen transcurriendo sin mayor claridad.

La población reclama que haya una solución a este tema, porque a la gente no le gusta que este tipo de cosas pasen, que haya acusaciones, críticas, cuestionamientos, insultos, acomodos, claroscuros que además ponen a todos en la misma bolsa, causando un efecto peor, que es darle cabida a personajes que vienen de afuera del sistema político para posicionarse como los salvadores de la patria. Es el ejemplo de Argentina, donde hay tanta corrupción e inacción del sistema político que aparecen los outsiders y la gente se refugia en ellos.

El gobierno nacional está en un brete, porque si le baja el pulgar a las designaciones directas en CTM es como sacarle la silla, dejarlos a la intemperie y se queda sin la capacidad de pedirles que al día siguiente, ya sin trabajo, salgan a levantar la bandera y a defender al mismo gobierno que primero los puso y ahora los está echando.

Se debilita la estructura partidaria, se fortalece a la oposición que les marca la cancha con sus denuncias y el griterío en medio de la tribuna, y los deja partidos en pedazos. Eso lo sabe el presidente y también el secretario de la presidencia y precandidato por el mismo sector nacionalista de los que ingresaron a Salto Grande.

Por eso, en estos días, quizás a pedido del presidente Lacalle, el principal dirigente político de los blancos a nivel departamental, Carlos Albisu, ha venido hablando con los ediles, pero también se ha reunido con los que le han quitado el respaldo dentro de la coalición, como el caso del diputado cabildante, Rodrigo Albernaz, para ver cómo siguen para adelante.

Trascendió el pedido de disculpas de Albernaz hacia Albisu por sus expresiones hacia él y los suyos, pero después de haberle pegado tanto, ponerle la curita parece que no soluciona mucho.

Además, el secretario de la Presidencia, Alvaro Delgado, dejó entrever su malestar con su socio político y amigo, Germán Coutinho. El mismo Delgado lo hizo saber en Pueblo Lavalleja ni bien se bajó del helicóptero, diciendo que Coutinho no le atendió el teléfono pasada la medianoche, cuando estaban negociando el apoyo parlamentario en medio de la interpelación.

Fue por algo que el jerarca de la Presidencia deslizó públicamente ese encono con el ex intendente de Salto, por lo menos deja la duda, porque no pudo haber sido un descuido.

En fin, esta semana será clave para que las delegaciones analicen el tema, ya que desde la Delegación de Argentina habrían solicitado no sentar un precedente de renuncias masivas, con el fin de evitar poner en jaque la continuidad de varios funcionarios del lado argentino, que dependen del resultado eleccionario en aquel país que es el próximo 22 de octubre para saber si siguen con trabajo.

En esa reunión de las dos delegaciones que será el miércoles 11 en Montevideo, atenderán el reclamo de la Cámara de Diputados, la postura del gobierno sobre cambiar la duración de los contratos y la posición de los funcionarios uruguayos de dejar todo como está.

De todo eso, algo tendrá que salir, porque la población precisa una señal después de tanto lío.

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