Denuncia de acoso, persecución y extorsión entre cirujano de Salto y el gerente de ASSE

(BÚSQUEDA).- Hay un fuerte ruido de fondo en el Hospital de Salto. Una discusión local que lleva ya varios meses y que aún hoy sigue causando repercusiones dentro y fuera de las paredes del centro asistencial. Y que incluye denuncias de persecución política y abuso de funciones contra una autoridad de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), denuncias de acoso laboral, sumarios en curso y posibles sumarios por iniciarse contra un cirujano y la sospecha de extorsión en reuniones con jerarcas grabadas sin consentimiento.

Martín Salvatierra es cirujano. Desde enero de 2019 hasta marzo de 2020 fue jefe interino de cirugía del Hospital de Salto. Con el cambio de gobierno, asumió la nueva directora de regional norte de ASSE, Ivonne Bruno, y designó en forma directa como adjunto a Alfredo Abelleira, que desplazó a Salvatierra. En una reunión en un salón de actos del hospital con varios funcionarios de testigos, Bruno explicó que los cargos de jefatura y director adjunto de Salvatierra eran un “invento del anterior gobierno”, adjudicando razones meramente políticas para que ocupara ese puesto. Pero en su lugar quedó Abelleira, esposo de la directora departamental de Salud, Rosa Blanco, con activa participación militante en la lista 404 (Aire Fresco) del Partido Nacional.

Con la nueva gestión, además, se dio de baja a un llamado a concurso para jefe titular de cirugía en el hospital público de Salto al que Salvatierra, cirujano titular grado III, se había postulado.

Es en este punto del relato donde aparece el gerente general de ASSE, Eduardo Henderson. En mayo del 2020 durante una reunión con la participación de las principales autoridades de ASSE y de Facultad de Medicina, se planteó la división del servicio de cirugía del hospital: por un lado, la Unidad Docente Asistencial (UDA) a cargo de Salvatierra y, por otro, el servicio de ASSE a cargo de Abelleira. En ese encuentro, Henderson le manifestó a Salvatierra su malestar por el estado público y el cariz político que tomó su destitución. Fue un primer encontronazo.

Salvatierra duró poco al frente de esa unidad asistencial. En junio de 2020, a poco de asumir su cargo, surgió una denuncia de acoso laboral, maltratos y amenazas en su contra de parte de tres alumnos residentes de cirugía de Facultad de Medicina. La denuncia se oficializó en agosto y se elevó primero a la Facultad de Medicina y después a la gerencia general de ASSE. Salvatierra dijo a Búsqueda que le llama la atención que estudiantes de la residencia se hayan dirigido directamente al gerente general por correo electrónico y que se hayan salteado otras vías de procedimiento para radicar la denuncia como marca el protocolo.

Henderson asegura que la denuncia llegó a ASSE al mismo tiempo que a Medicina. La investigación administrativa del organismo estatal duró seis meses, aun cuando la comisión de acoso laboral debe elaborar un informe en 15 días hábiles. En todo ese tiempo, Salvatierra siguió trabajando en el hospital con medidas cautelares para no tener contacto con los denunciantes. Recién en febrero de 2021, ASSE instruyó un sumario administrativo con separación de cargo y retención de la mitad de sus haberes.

En diálogo con Búsqueda, Henderson asume la demora y lo atribuye al contexto de la pandemia, que fue postergando y complicando la tarea de entrevistar a los testigos. ¿Qué es lo que dice Salvatierra sobre la denuncia de los estudiantes? Admite que pudo haber incurrido en comportamientos hostiles, pero de los que “no escapan” a una relación entre docente y alumno durante la dinámica de aprendizaje. Asegura tajantemente que no existió ni violencia física, ni insultos, ni acoso vinculado a cuestiones de género.

Un informe preliminar de la investigación de la Facultad de Medicina no habla explícitamente de acoso, aunque sí concluye que existió un “trato inadecuado” de parte de Salvatierra a los tres residentes, algo que “reviste la característica de irrespetuoso, impropio, en algunos casos humillante, y que generó un ambiente hostil con estos alumnos”. El informe señala también “comentarios inadecuados” a estudiantes durante actos quirúrgicos puntuales que “desmerecen la seriedad” durante una operación. Salvatierra reconoce esto como errores suyos. Y en sus descargos, que hizo hace unos días, busca ponerlos en su contexto.

El 10 de agosto se venció el plazo de separación preventiva de funciones en ASSE y Salvatierra fue por su reingreso. Y acá empieza el nudo. Dos días más tarde, llegó un mail de gerencia general firmado por Henderson y dirigido a directores del Hospital de Salto para que no se le permita ingresar al centro de salud y se sugiere que sea trasladado a cumplir funciones a la Red de Atención Primaria (RAP).

Henderson admite que hay un problema. Porque Salvatierra tiene que retomar su cargo y a la vez se mantienen las medidas cautelares para que no esté en contacto con los denunciantes porque el sumario sigue su curso. Henderson explicó a Búsqueda que en una reciente resolución la gerencia resolvió que Salvatierra pase a cumplir funciones dentro de un área creada especialmente para atender casos quirúrgicos que no necesiten internación y sean dados de alta en la misma jornada. “En forma transitoria se crea esa unidad que vino para quedarse. Salvatierra tiene la oportunidad de operar pacientes que vaya captando en unidades periféricas. Sigue operando y no tiene contacto con los denunciantes”, explicó Henderson.

Salvatierra respondió que “no está de acuerdo” con la resolución. Dice que en Salto “no existe la cirugía del día y que se debe montar un servicio paralelo con otro block y que no hay ni recursos humanos ni materiales para eso”. En estos días presentó una denuncia en el Ministerio de Trabajo por acoso laboral, persecución política y abuso de funciones contra Henderson. “Si hice algo, ya lo pagué, admito mis errores, pero creo que el error más grande es haber estado con el Frente Amplio”, dijo a Búsqueda.

Una presunta extorsión
Pero antes hubo otros episodios. Y acá, una vez más, hay versiones encontradas. Salvatierra dice que el 23 de agosto fue citado por el director del Hospital de Paysandú, Gustavo Curbelo, a una reunión presencial en donde en comunicación con Henderson se le ofrece ir a trabajar a ese centro asistencial. Henderson dice que fue Salvatierra que ofreció sus servicios a Paysandú y que el director lo llamó preocupado porque estaba al tanto del sumario y que había residentes de ese hospital que mostraban reparos a que se instale ahí. Dos versiones.

El 26 de agosto, Salvatierra es citado a una reunión con la gerencia de ASSE en la que también participa el director de Cirugía del organismo, Gerardo Eguren. El encuentro se hace por Zoom. Allí tanto Eguren como Henderson valoran las aptitudes de Salvatierra y dicen que no pueden tener “quieto” a un cirujano de sus características. Y buscan una solución. Habla el gerente de ASSE. “Una propuesta puede ser: vas a Paysandú, te trasladamos el cargo (…), me comprometo a que tengas una recepción de cero. Que vos demuestres lo que valés por tu forma de ser y no por lo que se ande diciendo”. Le recuerda que hay un sumario en curso y otro por abrirse, que está vinculado a supuestas irregularidades en el pago y las declaraciones de horas trabajadas en las Unidades Asistenciales por las denominada Variable Anestésico Quirúrgica (VAQ).

“Ese todavía no se ha iniciado. Ese yo lo detuve en el momento actual”, le dice Henderson, según un audio de la reunión al que tuvo acceso Búsqueda. “Si tú tuviste buen o mal manejo del VAQ en la UDA, que aparentemente dicho por el propio representante de anestésicos quirúrgicos dijo que sí, que hay una diferencia entre lo que tú presentabas por la productividad de la UDA y lo que presentabas por la actividad de ASSE, eso ameritaría una investigación. Yo no la voy a llevar adelante si llegamos a un acuerdo”, dice el gerente. Y argumenta que no es “su problema” el tema del VAQ, aunque se trata de fondos que son administrados por el organismo estatal. “Yo a ese lo dejaría en el camino”, dice Henderson sobre ese posible sumario. Y añade que sobre el otro, el sumario por acoso laboral, se compromete a, si tiene una sentencia en contra, llevar el tema al directorio y proponer que tenga “el menor daño posible” para Salvatierra. “Pienso que podría hacer eso”. “Yo no puedo detener el proceso sumarial”, le aclara. Pero le insiste en que en el peor escenario puede interceder para que la sanción sea más leve.

Lo compara a la pena de un partido en los jugadores de fútbol. Henderson insiste en que quiere tener a un “cirujano en la cancha” y no en la red primaria de atención. Y con la misma carga horaria y remuneración. Salvatierra pregunta varias veces si esto es a cambio de que acepte ir a Paysandú. La respuesta es afirmativa. Salvatierra quedó en consultarlo con sus abogados. Sostiene que fue extorsionado. Consultado por Búsqueda, el gerente de ASSE no niega haber mantenido esa conversación con Salvatierra, donde se manejaron estas alternativas, pero enfatizó en que es ilegal grabar a personas sin su consentimiento.

Salvatierra también recibió una llamada del director del Hospital de Melo, Ricardo Caballero, a instancias de Henderson, para ofrecerle un puesto en ese centro asistencial. El viernes 10 habrá una movilización de usuarios del Hospital de Salto en apoyo al cirujano.

(Semanario Búsqueda)

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